jueves, abril 26, 2012

15. Eight days a week

Todo va mal, suena "Eigt days a week" en mi ipod y entonces me pongo de buenas

martes, octubre 12, 2010

viernes, julio 23, 2010

De la cruda mundialista

Poco a poco se termina ese sentimiento de orfandad que nos deja el fin del mundial de futbol. Mientras pasa hacemos lo que podemos y nos curamos la cruda con cualquier Necaxa - Atlas. Recreamos una y mil veces el error de Osorio y el gol de campeonato de Iniesta. Olvidamos poco a poco el ensordecedor ruido de las vuvuzelas y el pulpo Paul vuelve a ser un simple mortal.

Del mundial en Brasil espero mucho más futbol y muchas menos anécdotas. Espero un Brasil con más magia y menos Dunga. Un Argentina con más técnico y un México con más juego y menos comerciales. Espero una Alemania de locomotora y una Italia rejuvenecida. Por supuesto, espero una España madura que defienda su título y una Francia sacada de los libros del buen hacer y no de la actual novela de enredos.

Cuatro años sin mundial es mucho tiempo, tendré que esperar.

martes, junio 22, 2010

De cómo (no) conocí a Monsivais

El 4 de agosto de 1999 es una fecha memorable para las anécdotas futboleras: esa noche en la cancha del Azteca México ganó la Copa Confederaciones con una gran actuación de Cauhtemoc Blanco y, permítaseme decirlo, un gran baile a la selección brasileña.

Horas antes del juego yo me encontraba en la inauguración de una librería financiada por la divertida empresa para la que entonces trabajaba. Entre una serie de personalidades del ámbito académico y cultural asistentes al evento destacaban dos: Homero Aridjis y Carlos Monsivais. Tras cortar el listón, Monsivais improvisó un discurso sobre el mérito de abrir una librería en una época tan difícil y en un país donde la lectura no es un hábito.

Tras la ceremonia tuve la fortuna de estar en el pequeño grupo que se acercó a Monsivais a brindar. Él, siempre lúcido, hablaba y nosotros escuchábamos. Debe ser difícil no tener interlocutor. Me aparté por un rato y volví con la firme convicción de comenzar una conversación inteligente o de al menos darle motivo para deleitarnos con su elocuencia. Mosivais había desaparecido entre el tumulto y la parlotería. Ya no lo encontré.

Dicen que era homosexual. Dicen que adoraba a los gatos. Dicen que era un genio.

sábado, junio 19, 2010

400 Tweets

Y yo que no me sentía agusto con la inmediatez. Desde que descubrí que el firewall de la oficina no considera Twitter una página nociva, improductiva o impropia para horas de trabajo, he estado participando en esta comunidad virtual. Me gusta su sencillez (todo lo contrario de Facebook, que me satura con sus aplicaciones, notificaciones y fotos) y su accesibilidad. Sigo a personajes interesantes, a amigos (y a amigos que han creado personajes interesantes) además de que me ha resultado divertidísimo seguir el mundial con el twitter a la mano. No sé, creo que que ya me voy adaptando. Ahora el problema es que he adaptado mi pensamiento y mis comentarios a 140 caracteres y aquí ya me pasé. A ver que tal suena.