El día se acerca. Como cada año la fecha está por llegar y, como tus ojos a los mios, la ignoro, la evado, me doy la vuelta y pretendo que no existe. Hace tres años que decidiste partir el mundo en dos.
Te levantarás tempranito, sigilosa. Por que el fresco de la mañana te hace bien, por que te hace ver más bella, por que según tu, ese olorcito a mojado bien lo vale. Cocinarás para dos, no conoces otra forma, y te pintarás la cara, poquito, por que la belleza no hay que taparla, solo adornarla.
Saldrás a la calle y saludarás a los vecinos. Comprarás tu tinto, como te gusta llamarle con acento pampero a tu cafecito matutino y tomarás tu auto. Irás de compras, visitarás a tu mejor amiga, hablarás con tu mamá, que siempre escucha, siempre consuela, siempre aconseja.
Hace tres años que decidiste partir el mundo en dos. El tuyo sigue girando, tal vez por que sus reglas son más simples. Porque desterraste de él toda complejidad y decidiste vivir así, suavecito, lentamente, acariciando, a la manera en que solíamos bailar.
Ese día te levantarás tempranito, sigilosa. Abrirás los ojos y amanecerá. Ese día sonreirás como siempre. Yo, en cambio, lloraré.
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