viernes, octubre 21, 2005

2. When Smokey sings (ABC) 3. Tears of a clown (Smokey Robinson)




A finales de los ochentas había dos tendencias claras (aunque seguramente había algunas otras y algún lector podrá ofenderse por mis omisiones, pero aclaro que no hago más que señalar lo que sucedía en mi entorno inmediato): O te delineabas los ojos como Robert Smith (The Cure) o te hacías un corte de pelo a la David Gahan (Depeche Mode). Pero alrededor de estas grandes estrellas giraban algunas otras, que también daban forma a la gran constelación pop de esa época. Y vaya que eran luminosas.

El año de 1987 marcaba para mí el inicio de una época festiva, de una gran aventura que habría de durar algunos años. Cada elemento del universo hacía su parte: la adolescencia multiplicaba las hormonas; los pasillos de la prepa, las amistades; la noche, las estrellas; las fiestas, al bien más codiciado de todos: las adolescentes.

When Smokey sings contiene en sus notas una gran descripción de ese universo: refleja la sensación de libertad, de plenitud, de inmensidad. Demuestra que las estrellas, aún siendo pequeñas, son capaces de llenar de luz cualquier espacio, cualquier momento. Enseña que esos entes luminosos además de materia y energía, son una suerte de magia y milagro.

Debo confesar que siempre he tenido una duda: ¿las estrellas siempre ha estado ahí? o ¿es que en algún momento se encendieron?. Mi experiencia me indica que siempre han estado ahí y, es más, creo poder afirmar que unas dan nacimiento a otras, conservando, por lo tanto, características comunes. Si bien parecería improbable encontrar dos estrellas iguales en la infinitud del espacio, When Smokey sings, da las pistas para encontrar a su alter ego musical. Y un poco de exploración hace más evidente lo evidente: la influencia soul - Motown y el Smokey al que se refiere la canción de ABC es ni más ni menos que Smokey Robinson.

Admito que me costó algunos años descubrirlo, pero una madrugada de 1º de enero, unos minutos después de que sonó la campanada que ponía punto final al año de 1990, la estación de radio programaba una canción que habría de quedarse conmigo para siempre: The tears of a clown, de Smokey Robinson and The Miracles. Aunque esta melodía está llena de magia, su temática es distinta a la de ABC: “Just like Pagliacci did/I try to keep my surface hid/Smiling in the crowd I try/But in a lonely room I cry/The tears of a clown/When there's no one around” .
Cuando el universo se derrumba, cuando la noche se hace más oscura que nunca, lo único que queda es limpiarse las lágrimas y sonreir. Cuando el corazón se comprime y el universo nos aplasta, las buenas canciones nos pueden salvar. Y es que con la música podría estar encerrado en una cáscara de nuez y sentirme rey del espacio infinito, igual que cuando Smokey canta.


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