sábado, noviembre 12, 2005

5. Dear Prudence (The Beatles)

...el infinito no es un número, es un concepto. Intuitivamente, el infinito es una cantidad mayor que cualquier número. Tal afirmación podría resultar correcta, dependiendo del contexto en el que se use el término. Hablando de límites, cuando x tiende a infinito....

Dicen que si uno toma la avenida de los insurgentes y se sigue derecho, llega hasta Laredo. Es una de las avenidas más largas del mundo, aunque yo sólo conozco el tramo de Pachuca a Cuernavaca. Pero, ahora que lo pienso, la sensación de acercarse al infinito se debe parecer mucho a manejar en una larga recta. Como aquella vez que manejamos desde la ciudad de México hasta Tampico. El punto de partida: la casa mi abuela; el vehículo: el flamante Atlantic 83 de mi tío; La tripulación: mi tío, su esposa, mi mamá, mis dos hermanos y yo. El tiempo estimado eran 12 horas, con una escala en Veracruz para visitar a mis abuelos paternos.

...en el análisis de los números reales, el infinito denota un límite indefinido. Los puntos en más infinito y menos infinito se pueden adicionar a los reales a manera de espacios topológicos, base de la geometría proyectiva...

Mi responsabilidad, como miembro de la tripulación, era de vital importancia: debía proveer de música suficiente para sobrevivir a un largo viaje. Y suficiente, en ese contexto significaba horas-cinta (a principios de los años ochentas la única manera de que la música fuera portátil eran las cintas, o los cassettes, para ser más claro) y para el gusto de todos. Las provisiones contenían, entre otras cosas, una compilación de Éxitos de Juan Gabriel; el Every Good Boy deserves a Favour, de The Moody Blues; el The Wall, de Pink Floyd y absolutamente todo de The Beatles.

Aquél fue el viaje más memorable de mi infancia, es el mejor recuerdo que tengo de mi tía Rosa, quien pocos años después murió. Fue también el momento en que El Álbum Blanco de The Beatles, se convirtió en uno de mis favoritos y fue el responsable de uno de esos momentos llenos de magia que nos marcó a todos: en el último tramo del camino, y aunque habíamos cantado mucho, en cuanto comenzó a sonar Dear Prudence se sintió una especie de comunión entre los seis, cantando al unísono, haciéndonos uno. Con la inmensidad de la gran recta enfrente, deseaba que ese momento se hiciera eterno, que nunca terminara.

Escuchar los 3 minutos y 56 segundos que dura la canción me sirve para recordar los límites de nuestra naturaleza finita, esa que nos obliga a eternizar en la memoria los momentos, las imágenes y las personas que hoy ya no están. Me sirve para recordar que, aunque el infinito es un concepto que escapa a mis sentidos, al menos por un instante, estuve cerca de alcanzarlo.

...no hay números más grandes que el infinito, pero eso no significa que sea el número más grande, pues ni siquiera es un número. Es por eso que el infinito no es ni par ni impar....



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1 comentario:

ana campana dijo...

El infinito es un ocho tumbado, y pensar que algo nunca puede tener fin a mi a veces me da esperanza. Besos