Siempre he sentido una extraña atracción por aquellas canciones cuyas letras resultan novedosas, extrañas, absurdas o morbosas. Claro que con el tiempo corren el riesgo de convertirse en lugares comunes, pero mientras son el centro de la censura resultan fascinantes. Pero contrario a mi percepción de lo novedoso, son las canciones con letras más melosas y comunes las que dominan las listas de popularidad.
¿Por que grupos como Maroon 5 o Coldplay son tan exitosos? ¿Cómo es que sus pegajosas letras como: "In darkness she is all I see/ come and rest your bones with me/that may be all I need/driving slow on Sunday morning and I never want to leave" dominan la radio?
O ¿Como es que la pegajosísima "Yellow" de Coldplay cambió el escenario de la música pop en Inglaterra y en el mundo en aquel lejano 2000? "Look at the stars, look how they shine for you"
¿En que consiste su éxito? ¿En la simpleza de sus letras? ¿En la necesidad de los seres humanos de recordarse con frecuencia sus sentimientos? ¿En que todos nos sentimos solos?
No. La realidad es que son exitosas porque en este mundo, desde hace miles de años, existen muchas personas que se enamoran como loquitas cuando alguien les habla de estrellas; pero de estrellas, estrellas; de esas que los enamorados prometen a su Dulcinea, a cambio de la devoción exclusiva de su miocardio.
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