martes, noviembre 29, 2005
Rock de a devis
¿Qué tienen en común los músicos Jarvis Cocker, Johnny Greenwood y Phil Selway?
a) Que los tres pertenecen a bandas británicas de verdadero culto.
b) Que el vocalista de sus respectivas bandas es un verdadero freak.c) Que los tres se echaron un palomazo en la fiesta de la escuela de magia de Howgarts, en la entrega número 4 de Harry Potter: “The Globet of fire”.
d) Todas las anteriores.
Por raro que parezca, la respuesta es el inciso d. En efecto, Cocker, el vocalista de Pulp reclutó al guitarrista y al baterista de la mejor banda inglesa de los últimos tiempos: Radiohead para, a riesgo de ser crucificados por la crítica (así como los cultísimos e implacables promotores de la Gran Literatura critican a Joanne Rowling y a los millones de lectores de su historia), quitarse la investidura de rocanroleros indomables y la bandera de la contracultura para participar en el más reciente filme de la saga del famoso mago.
Do the hippogriff (además de otras dos rolas: This is the night y Magic Words) es la notable contribución de este trío que se hace llamar The Wyrd sisters y que nos muestra que, así como los libros están hechos para disfrutarse, sin importar quien los escriba, la música y en particular el rocanrol está hecho para bailar, brincar y revolcarse de gusto...no importa si es en un mundo mágico o en el convencional y aburrido mundo real.
ARE YOU READY FOR SOME REAL MUSIC!!!!!!
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lunes, noviembre 21, 2005
6. A Forest (The Cure)
Para ese momento estaba sudando frío. Su pie desnudo se metía sin ningún recato entre mi pantalón y mi calceta y yo estaba a punto de enloquecer. A cada parpadeo el mensaje de mis ojos cambiaba: si sigues ,no te quiero decir donde vamos a terminar/si sigues, aquí va a haber al menos dos muertos. Y es que una cosa son los coqueteos de pasillo y otra las flagrantes caricias por debajo de la mesa a escasos 3 metros de su novio. Cuando por alguna razón (seguramente mi cara de susto) ella alejó su pierna, escribió discretamente en un post-it:
“Miedo?...que tal hoy a las 7:00?. Te espero. Vero”
¿Miedo yo? ¡Qué le pasa a esta vieja! ¡Nada más por que Miguel es mi amigo!
-Miguel no es tu amigo, me dijo Paco, mientras con una enorme carcajada, leía el post it en uno de los jardines de la escuela, justo ayer dijiste que era un pobre güey, que Vero te ha estado coqueteando todo el semestre y él ni en cuenta...-Sí, pero...una cosa es coquetear mientras el güey no está y otra muy diferente es...y claro que no me da miedo.
-Pues entonces ve, tíratela y se acabó...
El asunto era, según yo, un juego de perder-perder. Pero las hormonas no saben de teoría de juegos, así es que fui a mi casa, hice todos los preparativos que una situación así amerita y a las seis de la tarde salí a completar mi gallarda empresa.
Una caricia llevó a otra. Los besos se multiplicaban. A punto de dar el siguiente paso, ella se detuvo y dijo: no puedo seguir...no es el momento y además tengo novio....Y entonces, ¿todos tus coqueteos? ¿y lo de hoy en la mañana? Pregunté. No pensé que vinieras, contestó, lo siento, era sólo un juego. Eres un buen tipo, me gustas, pero si Micky se llega a enterar...
Dicen que el sexo lo cambia todo, ¿Acabábamos de echar a perder la extraña magia que nos unía? ¿el pre-sexo cuenta? Salí del departamento, caminé a mi auto y ahí estaba yo, con un extraño sabor de boca y escuchando a lo lejos, como entre sueños, la cavernosa voz de Robert Smith:
…in the dark I hear her voice and start to run
Into the trees, into the trees, into the trees
Suddenly I stop but I know it’s too late
I’m lost in a forest all alone
The girl was never there,
It’s always the same
I’m running towards nothing
Again and again and again and again…
Nota: la versión que aquí se escucha es de una banda llamada Nouvelle Vague, ampliamente recomendable.
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“Miedo?...que tal hoy a las 7:00?. Te espero. Vero”
¿Miedo yo? ¡Qué le pasa a esta vieja! ¡Nada más por que Miguel es mi amigo!
-Miguel no es tu amigo, me dijo Paco, mientras con una enorme carcajada, leía el post it en uno de los jardines de la escuela, justo ayer dijiste que era un pobre güey, que Vero te ha estado coqueteando todo el semestre y él ni en cuenta...-Sí, pero...una cosa es coquetear mientras el güey no está y otra muy diferente es...y claro que no me da miedo.
-Pues entonces ve, tíratela y se acabó...
El asunto era, según yo, un juego de perder-perder. Pero las hormonas no saben de teoría de juegos, así es que fui a mi casa, hice todos los preparativos que una situación así amerita y a las seis de la tarde salí a completar mi gallarda empresa.
Una caricia llevó a otra. Los besos se multiplicaban. A punto de dar el siguiente paso, ella se detuvo y dijo: no puedo seguir...no es el momento y además tengo novio....Y entonces, ¿todos tus coqueteos? ¿y lo de hoy en la mañana? Pregunté. No pensé que vinieras, contestó, lo siento, era sólo un juego. Eres un buen tipo, me gustas, pero si Micky se llega a enterar...
Dicen que el sexo lo cambia todo, ¿Acabábamos de echar a perder la extraña magia que nos unía? ¿el pre-sexo cuenta? Salí del departamento, caminé a mi auto y ahí estaba yo, con un extraño sabor de boca y escuchando a lo lejos, como entre sueños, la cavernosa voz de Robert Smith:
…in the dark I hear her voice and start to run
Into the trees, into the trees, into the trees
Suddenly I stop but I know it’s too late
I’m lost in a forest all alone
The girl was never there,
It’s always the same
I’m running towards nothing
Again and again and again and again…
Nota: la versión que aquí se escucha es de una banda llamada Nouvelle Vague, ampliamente recomendable.
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sábado, noviembre 12, 2005
5. Dear Prudence (The Beatles)
...el infinito no es un número, es un concepto. Intuitivamente, el infinito es una cantidad mayor que cualquier número. Tal afirmación podría resultar correcta, dependiendo del contexto en el que se use el término. Hablando de límites, cuando x tiende a infinito....
Dicen que si uno toma la avenida de los insurgentes y se sigue derecho, llega hasta Laredo. Es una de las avenidas más largas del mundo, aunque yo sólo conozco el tramo de Pachuca a Cuernavaca. Pero, ahora que lo pienso, la sensación de acercarse al infinito se debe parecer mucho a manejar en una larga recta. Como aquella vez que manejamos desde la ciudad de México hasta Tampico. El punto de partida: la casa mi abuela; el vehículo: el flamante Atlantic 83 de mi tío; La tripulación: mi tío, su esposa, mi mamá, mis dos hermanos y yo. El tiempo estimado eran 12 horas, con una escala en Veracruz para visitar a mis abuelos paternos.
...en el análisis de los números reales, el infinito denota un límite indefinido. Los puntos en más infinito y menos infinito se pueden adicionar a los reales a manera de espacios topológicos, base de la geometría proyectiva...
Mi responsabilidad, como miembro de la tripulación, era de vital importancia: debía proveer de música suficiente para sobrevivir a un largo viaje. Y suficiente, en ese contexto significaba horas-cinta (a principios de los años ochentas la única manera de que la música fuera portátil eran las cintas, o los cassettes, para ser más claro) y para el gusto de todos. Las provisiones contenían, entre otras cosas, una compilación de Éxitos de Juan Gabriel; el Every Good Boy deserves a Favour, de The Moody Blues; el The Wall, de Pink Floyd y absolutamente todo de The Beatles.
Aquél fue el viaje más memorable de mi infancia, es el mejor recuerdo que tengo de mi tía Rosa, quien pocos años después murió. Fue también el momento en que El Álbum Blanco de The Beatles, se convirtió en uno de mis favoritos y fue el responsable de uno de esos momentos llenos de magia que nos marcó a todos: en el último tramo del camino, y aunque habíamos cantado mucho, en cuanto comenzó a sonar Dear Prudence se sintió una especie de comunión entre los seis, cantando al unísono, haciéndonos uno. Con la inmensidad de la gran recta enfrente, deseaba que ese momento se hiciera eterno, que nunca terminara.
Escuchar los 3 minutos y 56 segundos que dura la canción me sirve para recordar los límites de nuestra naturaleza finita, esa que nos obliga a eternizar en la memoria los momentos, las imágenes y las personas que hoy ya no están. Me sirve para recordar que, aunque el infinito es un concepto que escapa a mis sentidos, al menos por un instante, estuve cerca de alcanzarlo.
...no hay números más grandes que el infinito, pero eso no significa que sea el número más grande, pues ni siquiera es un número. Es por eso que el infinito no es ni par ni impar....
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Dicen que si uno toma la avenida de los insurgentes y se sigue derecho, llega hasta Laredo. Es una de las avenidas más largas del mundo, aunque yo sólo conozco el tramo de Pachuca a Cuernavaca. Pero, ahora que lo pienso, la sensación de acercarse al infinito se debe parecer mucho a manejar en una larga recta. Como aquella vez que manejamos desde la ciudad de México hasta Tampico. El punto de partida: la casa mi abuela; el vehículo: el flamante Atlantic 83 de mi tío; La tripulación: mi tío, su esposa, mi mamá, mis dos hermanos y yo. El tiempo estimado eran 12 horas, con una escala en Veracruz para visitar a mis abuelos paternos.
...en el análisis de los números reales, el infinito denota un límite indefinido. Los puntos en más infinito y menos infinito se pueden adicionar a los reales a manera de espacios topológicos, base de la geometría proyectiva...
Mi responsabilidad, como miembro de la tripulación, era de vital importancia: debía proveer de música suficiente para sobrevivir a un largo viaje. Y suficiente, en ese contexto significaba horas-cinta (a principios de los años ochentas la única manera de que la música fuera portátil eran las cintas, o los cassettes, para ser más claro) y para el gusto de todos. Las provisiones contenían, entre otras cosas, una compilación de Éxitos de Juan Gabriel; el Every Good Boy deserves a Favour, de The Moody Blues; el The Wall, de Pink Floyd y absolutamente todo de The Beatles.
Aquél fue el viaje más memorable de mi infancia, es el mejor recuerdo que tengo de mi tía Rosa, quien pocos años después murió. Fue también el momento en que El Álbum Blanco de The Beatles, se convirtió en uno de mis favoritos y fue el responsable de uno de esos momentos llenos de magia que nos marcó a todos: en el último tramo del camino, y aunque habíamos cantado mucho, en cuanto comenzó a sonar Dear Prudence se sintió una especie de comunión entre los seis, cantando al unísono, haciéndonos uno. Con la inmensidad de la gran recta enfrente, deseaba que ese momento se hiciera eterno, que nunca terminara.
Escuchar los 3 minutos y 56 segundos que dura la canción me sirve para recordar los límites de nuestra naturaleza finita, esa que nos obliga a eternizar en la memoria los momentos, las imágenes y las personas que hoy ya no están. Me sirve para recordar que, aunque el infinito es un concepto que escapa a mis sentidos, al menos por un instante, estuve cerca de alcanzarlo.
...no hay números más grandes que el infinito, pero eso no significa que sea el número más grande, pues ni siquiera es un número. Es por eso que el infinito no es ni par ni impar....
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viernes, octubre 28, 2005
4. Rock DJ (Robbie Williams)
Según la filosofía Seinfeld (Seinfeld, la famosa serie de los noventas a la que considero el reflejo de un estilo de vida, de una filosofía, más que una forma de humor) los hombres, a diferencia de las mujeres, no sabemos llamar su atención. Ellas, para hacerlo, se pintan, se mantienen delgadas, nos tratan con cariño y se deshacen por atendernos. Nosotros en cambio, conquistamos países, ganamos guerras, inventamos grandes máquinas y hasta viajamos a la luna con la única esperanza de que nos devuelvan la mirada.
Ni hablar, quizás no nacimos con esa coquetería natural, con esa capacidad para con un guiño o con una sonrisa conquistar el mundo. Y es que si las mujeres se dieran cuenta, podrían olvidarse de toda esa cultura feminista que nos invade desde los años sesentas y adueñarse del mundo a golpe de coqueteos. (Aunque tengo la sospecha de que, en el fondo, siempre lo han sabido y llegará el día en que recuperen el lugar que los hombres hemos usurpado. Sólo espero que eso no sea razón para que dejemos de disfrutar de sus evidentes encantos).
Pero en fin, como por ningún motivo quiero que este pequeño ensayo se considere un acto sexista, me limitaré a hablar de mi torpeza. Justo hace unos días me topé en el pasillo con la niña más guapa de la clase (estoy tomando una clase de “Literacidad” pero ese es otro asunto que de momento no importa) y, como buen soltero (reincidente por cierto, pero eso también es otra historia) traté de llamar su atención: Hola, soy tu compañero de clase...sí, el que se sienta en la tercera fila...¿que no me habías visto?...en fin, yo si te he visto y me parece muy interesante lo que decías ayer sobre...sí, está bien, te veo en clase, no te preocupes...Se alejó por el pasillo para contestar su inoportuno y estúpido celular. Por supuesto que una vez en el salón de clase, hablé todo lo que pude, traté de sacar a la luz mi más fino sentido del humor, intenté crear polémica. De haber podido me hubiera levantado a hacer piruetas o abdominales o a recitar un poema de Boudelaire...y no por que la clase me importara en lo más mínimo, sino para atraer su mirada.
Rock DJ, podría sonar superficial (si el lector recuerda el video, Robbie Williams es una especie de Table dancer al que, aún desnudo, ninguna mujer voltea a ver. Lo hacen hasta que él comienza a arrancarse la piel y un músculo tras otro hasta que quedan únicamente huesos), pero desde mi punto de vista, la canción trata la profunda trama de la historia de la humanidad: hombres persiguiendo mujeres. Y es que si los músicos cantan y los poetas escriben y los artistas pintan y los hombres sin ningún talento enloquecemos, es por llamar su atención...y porque no podemos arrancarnos la piel.
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viernes, octubre 21, 2005
2. When Smokey sings (ABC) 3. Tears of a clown (Smokey Robinson)
A finales de los ochentas había dos tendencias claras (aunque seguramente había algunas otras y algún lector podrá ofenderse por mis omisiones, pero aclaro que no hago más que señalar lo que sucedía en mi entorno inmediato): O te delineabas los ojos como Robert Smith (The Cure) o te hacías un corte de pelo a la David Gahan (Depeche Mode). Pero alrededor de estas grandes estrellas giraban algunas otras, que también daban forma a la gran constelación pop de esa época. Y vaya que eran luminosas.
El año de 1987 marcaba para mí el inicio de una época festiva, de una gran aventura que habría de durar algunos años. Cada elemento del universo hacía su parte: la adolescencia multiplicaba las hormonas; los pasillos de la prepa, las amistades; la noche, las estrellas; las fiestas, al bien más codiciado de todos: las adolescentes.
When Smokey sings contiene en sus notas una gran descripción de ese universo: refleja la sensación de libertad, de plenitud, de inmensidad. Demuestra que las estrellas, aún siendo pequeñas, son capaces de llenar de luz cualquier espacio, cualquier momento. Enseña que esos entes luminosos además de materia y energía, son una suerte de magia y milagro.
Debo confesar que siempre he tenido una duda: ¿las estrellas siempre ha estado ahí? o ¿es que en algún momento se encendieron?. Mi experiencia me indica que siempre han estado ahí y, es más, creo poder afirmar que unas dan nacimiento a otras, conservando, por lo tanto, características comunes. Si bien parecería improbable encontrar dos estrellas iguales en la infinitud del espacio, When Smokey sings, da las pistas para encontrar a su alter ego musical. Y un poco de exploración hace más evidente lo evidente: la influencia soul - Motown y el Smokey al que se refiere la canción de ABC es ni más ni menos que Smokey Robinson.
Admito que me costó algunos años descubrirlo, pero una madrugada de 1º de enero, unos minutos después de que sonó la campanada que ponía punto final al año de 1990, la estación de radio programaba una canción que habría de quedarse conmigo para siempre: The tears of a clown, de Smokey Robinson and The Miracles. Aunque esta melodía está llena de magia, su temática es distinta a la de ABC: “Just like Pagliacci did/I try to keep my surface hid/Smiling in the crowd I try/But in a lonely room I cry/The tears of a clown/When there's no one around” .
Cuando el universo se derrumba, cuando la noche se hace más oscura que nunca, lo único que queda es limpiarse las lágrimas y sonreir. Cuando el corazón se comprime y el universo nos aplasta, las buenas canciones nos pueden salvar. Y es que con la música podría estar encerrado en una cáscara de nuez y sentirme rey del espacio infinito, igual que cuando Smokey canta.
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viernes, octubre 14, 2005
1. In demand (Texas)
Despiertas en la mañana y sin más ni más se te mete a la cabeza: esa canción que tarareas y que te lleva irremediablemente a buscarla y escucharla. Puede durar unos minutos, algunas horas o incluso varios días. A veces sólo se sale si se te mete otra. Se llaman “canciones gusano” y aún no hay manera conocida de combatirlas. Un buen método es escucharlas una y otra vez, aunque puede resultar contraproducente. Yo he sido cancionadicto por meses enteros.
In demand, además de peligroso gusano, es una melodía que me atrapó a la primera. Y es curioso, porque su letra puede ser agradable o no, dependiendo del papel que se elija: se puede ser la novia asediada, el ex novio o el afortunado y correspondido nuevo pretendiente. Aunque, pensándolo bien, pretendiente es una palabra que me asusta un poco.
El verano de 1999 fue particularmente brillante y caluroso. En ese momento no estaba del todo consciente de mis sentimientos, pero la canción adornaba maravillosamente las tardes soleadas, la cuidadísima jardinera y el coche nuevo de Tamara.
Si no hubiera sido porque el cruce de Periférico y Barranca del Muerto es un auténtico infierno y porque un miope taxista envió mi coche al taller por dos semanas, nunca me hubiera subido al suyo. Lo recuerdo bien, traía a Texas en el estereo y a Blur y a The Smiths en la guantera. Nada más que pedir: una niña hermosa, buena música, yo en el asiento del copiloto y un click inmediato entre ambos. De las siguientes semanas no tengo recuerdos de otra cosa que no sea su sonrisa, sus grandes ojos y la canción gusano.
Supongo que le queda claro al lector que encantado de la vida seguiría siendo su copiloto, que nada me haría más feliz; pero cuando Juan Pedro volvió de viaje retomó su costumbre de, como desde hacía tres años que se hicieron novios, recoger a Tamara a la hora de la salida.
¿Cómo me saqué la canción gusano de la cabeza? Sencillo: me compré el cd y lo escuché hasta que casi me volé los sesos. ¿Cómo me saqué a Tamara de la cabeza? No lo hice. Aún ahora me levanto por la mañana y, sin más ni más, escucho su voz y no logro sacármela en todo el día.
En realidad, como buen gusano, la canción vuelve a mi de vez en cuando y la recibo con gusto pues, afortunadamente, si la canción se volvió parte de nuestra historia, también la contó un poco: Tamara se convirtió en la novia asediada y yo, en el afortunado y correspondido nuevo pretendiente.
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Si prefieres ver el video, haz clic aquí
In demand, además de peligroso gusano, es una melodía que me atrapó a la primera. Y es curioso, porque su letra puede ser agradable o no, dependiendo del papel que se elija: se puede ser la novia asediada, el ex novio o el afortunado y correspondido nuevo pretendiente. Aunque, pensándolo bien, pretendiente es una palabra que me asusta un poco.
El verano de 1999 fue particularmente brillante y caluroso. En ese momento no estaba del todo consciente de mis sentimientos, pero la canción adornaba maravillosamente las tardes soleadas, la cuidadísima jardinera y el coche nuevo de Tamara.
Si no hubiera sido porque el cruce de Periférico y Barranca del Muerto es un auténtico infierno y porque un miope taxista envió mi coche al taller por dos semanas, nunca me hubiera subido al suyo. Lo recuerdo bien, traía a Texas en el estereo y a Blur y a The Smiths en la guantera. Nada más que pedir: una niña hermosa, buena música, yo en el asiento del copiloto y un click inmediato entre ambos. De las siguientes semanas no tengo recuerdos de otra cosa que no sea su sonrisa, sus grandes ojos y la canción gusano.
Supongo que le queda claro al lector que encantado de la vida seguiría siendo su copiloto, que nada me haría más feliz; pero cuando Juan Pedro volvió de viaje retomó su costumbre de, como desde hacía tres años que se hicieron novios, recoger a Tamara a la hora de la salida.
¿Cómo me saqué la canción gusano de la cabeza? Sencillo: me compré el cd y lo escuché hasta que casi me volé los sesos. ¿Cómo me saqué a Tamara de la cabeza? No lo hice. Aún ahora me levanto por la mañana y, sin más ni más, escucho su voz y no logro sacármela en todo el día.
En realidad, como buen gusano, la canción vuelve a mi de vez en cuando y la recibo con gusto pues, afortunadamente, si la canción se volvió parte de nuestra historia, también la contó un poco: Tamara se convirtió en la novia asediada y yo, en el afortunado y correspondido nuevo pretendiente.
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lunes, octubre 10, 2005
R&R (31 canciones)
"Yo escucho sobre todo canciones, excluyendo casi cualquier otra cosa. Casi nunca escucho jazz, o música clásica, y cuando alguien me pregunta qué música me gusta me resulta difícil contestar, porque normalmente quieren nombres de artistas y yo sólo sé darles títulos de canciones. Y casi todo lo que tengo que decir de esas canciones es que me gustan, y quiero cantárselas, y obligar a otras personas a escucharlas y cabrearme cuando a esas personas no les gustan tanto como a mí..."
El texto anterior está tomado del libro "31 canciones" donde Nick Hornby hace un ensayo para cada una de las 31 canciones favoritas a lo largo de su vida. Recuerdos, anécdotas, personas, momentos; pero tambien: conceptos, poemas, filosofías, enseñanzas. Todo esto hace que nos apropiemos de las canciones, que las llevemos por todas partes como la banda sonora de nuestra vida. Vale la pena copiarle la idea a Nick y hacer el ejercicio: un ensayo para cada canción. Yo le pondré una cifra a mi lista: 33 canciones, una por cada año vivido. Espero no tener problemas para completarla, pues la música siempre ha sido una gran compañera. Y es que yo creo en la máxima popular que dice: "no music, no life".
El texto anterior está tomado del libro "31 canciones" donde Nick Hornby hace un ensayo para cada una de las 31 canciones favoritas a lo largo de su vida. Recuerdos, anécdotas, personas, momentos; pero tambien: conceptos, poemas, filosofías, enseñanzas. Todo esto hace que nos apropiemos de las canciones, que las llevemos por todas partes como la banda sonora de nuestra vida. Vale la pena copiarle la idea a Nick y hacer el ejercicio: un ensayo para cada canción. Yo le pondré una cifra a mi lista: 33 canciones, una por cada año vivido. Espero no tener problemas para completarla, pues la música siempre ha sido una gran compañera. Y es que yo creo en la máxima popular que dice: "no music, no life".
domingo, octubre 09, 2005
El poder de la gente
14/jun/1928 - 9/oct/1967
"Se que has venido a matarme. ¡Dispara cobarde! que sólo vas a matar a un hombre"
lunes, octubre 03, 2005
El desequilibrio mundial
El desequilibrio mundial. ¿Pulmonía para México?
Dice un dicho que “cuando a Estados Unidos le da gripa, a México le da pulmonía”. Irremediablemente, el futuro económico inmediato este país está sujeto a las decisiones, equilibrios y ritmo de crecimiento de su vecino del norte.
Las condiciones son de sobra conocidas: Un déficit comercial de casi 6% del PIB y un déficit fiscal por el estilo, un índice de ahorro cercano al 0%, una peligrosa dependencia de capitales extranjeros, una moneda altamente devaluada y una fuerte competencia con los países asiáticos, en especial con China. Nada nuevo bajo el sol, salvo que sorprendentemente, la situación descrita no se refiere a México, sino a los Estados Unidos de Norteamérica.
En efecto, China tiene un superávit comercial con los Estados Unidos de cerca de 150,000 millones de dólares y, para preocupación de muchos, las exportaciones de este país asiático no sólo incluyen juguetes, calzado y demás artículos de consumo, sino bienes de alto contenido tecnológico. China tiene un tipo de cambio fijo desde hace una década (8.3 yuanes por dólar) y una productividad a prueba de todo.
Lo anterior, más el hecho de que el consumo privado en nuestro país vecino es enorme y que incluye un alto índice de consumo de productos de importación, trae como consecuencia un déficit comercial sin par en la historia de este país.
Financiar el señalado déficit hace un lustro hubiera resultado una tarea más o menos sencilla, pues se tenía un superávit público basado en su inversión privada interna. En estos días, no hay inversión, ni interna ni externa. Pero lo más grave: el déficit público se debe principalmente a la política del gobierno de George Bush: La disminución de impuestos y el aumento de gastos destinados a la guerra.
Como resultado del déficit en la cuenta corriente de los Estados Unidos, el dólar se ha desplomado. Y no es exageración. En el 2004, el dólar cayó en un 11% con respecto al euro y del 2002 a la fecha cayó un 35% contra dicha divisa y un 24% contra el yen. Cifras para preocupar a cualquiera, incluida la Unión Europea, que ha puesto el grito en el cielo ante un dólar que, tan barato (1.3663 dólares por euro), hace pedazos la competitividad de sus exportaciones.
Por si fuera poco, los Estados Unidos financian su déficit colocando deuda en los mercados financieros. ¿Quién compra esa deuda? Si, aunque usted no lo crea: Los bancos centrales asiáticos.
El mundo está pues, ante un fuerte desequilibrio económico. Los principales dirigentes del país norteamericano ya se han percatado de ello y han exhortado a China a devaluar su moneda para ajustar los mercados internacionales. Tal exhorto seguramente será ignorado. El asunto no sólo es económico, sino político.
Los Estados Unidos no tienen opción, finalmente deberán reducir su déficit en cuenta corriente mediante la devaluación de su moneda y el alza en sus tasas de interés. Esto llevará a disminuir el consumo y por lo tanto, el ritmo de crecimiento de su economía.
La verdadera preocupación radica en el impacto del ajuste, Estados Unidos puede promover un ajuste paulatino a partir de superar su déficit fiscal para a partir de ahí ordenar su economía y superar su déficit comercial o puede promover un ajuste radical que afecte a todos los participantes de la economía mundial. Depende en gran medida de las decisiones de China.
Y, como decía Don Porfirio Díaz: “pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”. El 90% del comercio exterior de México es con su socio comercial del norte. Su economía está altamente correlacionada con la de aquel país y en los últimos años se ha olvidado de promover la inversión y el ahorro internos para a partir de ahí consolidar una economía menos dependiente.
Ante la dependencia y la inmovilidad de México, más vale que Los Estados Unidos de Norteamérica se curen la gripa.
Dice un dicho que “cuando a Estados Unidos le da gripa, a México le da pulmonía”. Irremediablemente, el futuro económico inmediato este país está sujeto a las decisiones, equilibrios y ritmo de crecimiento de su vecino del norte.
Las condiciones son de sobra conocidas: Un déficit comercial de casi 6% del PIB y un déficit fiscal por el estilo, un índice de ahorro cercano al 0%, una peligrosa dependencia de capitales extranjeros, una moneda altamente devaluada y una fuerte competencia con los países asiáticos, en especial con China. Nada nuevo bajo el sol, salvo que sorprendentemente, la situación descrita no se refiere a México, sino a los Estados Unidos de Norteamérica.
En efecto, China tiene un superávit comercial con los Estados Unidos de cerca de 150,000 millones de dólares y, para preocupación de muchos, las exportaciones de este país asiático no sólo incluyen juguetes, calzado y demás artículos de consumo, sino bienes de alto contenido tecnológico. China tiene un tipo de cambio fijo desde hace una década (8.3 yuanes por dólar) y una productividad a prueba de todo.
Lo anterior, más el hecho de que el consumo privado en nuestro país vecino es enorme y que incluye un alto índice de consumo de productos de importación, trae como consecuencia un déficit comercial sin par en la historia de este país.
Financiar el señalado déficit hace un lustro hubiera resultado una tarea más o menos sencilla, pues se tenía un superávit público basado en su inversión privada interna. En estos días, no hay inversión, ni interna ni externa. Pero lo más grave: el déficit público se debe principalmente a la política del gobierno de George Bush: La disminución de impuestos y el aumento de gastos destinados a la guerra.
Como resultado del déficit en la cuenta corriente de los Estados Unidos, el dólar se ha desplomado. Y no es exageración. En el 2004, el dólar cayó en un 11% con respecto al euro y del 2002 a la fecha cayó un 35% contra dicha divisa y un 24% contra el yen. Cifras para preocupar a cualquiera, incluida la Unión Europea, que ha puesto el grito en el cielo ante un dólar que, tan barato (1.3663 dólares por euro), hace pedazos la competitividad de sus exportaciones.
Por si fuera poco, los Estados Unidos financian su déficit colocando deuda en los mercados financieros. ¿Quién compra esa deuda? Si, aunque usted no lo crea: Los bancos centrales asiáticos.
El mundo está pues, ante un fuerte desequilibrio económico. Los principales dirigentes del país norteamericano ya se han percatado de ello y han exhortado a China a devaluar su moneda para ajustar los mercados internacionales. Tal exhorto seguramente será ignorado. El asunto no sólo es económico, sino político.
Los Estados Unidos no tienen opción, finalmente deberán reducir su déficit en cuenta corriente mediante la devaluación de su moneda y el alza en sus tasas de interés. Esto llevará a disminuir el consumo y por lo tanto, el ritmo de crecimiento de su economía.
La verdadera preocupación radica en el impacto del ajuste, Estados Unidos puede promover un ajuste paulatino a partir de superar su déficit fiscal para a partir de ahí ordenar su economía y superar su déficit comercial o puede promover un ajuste radical que afecte a todos los participantes de la economía mundial. Depende en gran medida de las decisiones de China.
Y, como decía Don Porfirio Díaz: “pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”. El 90% del comercio exterior de México es con su socio comercial del norte. Su economía está altamente correlacionada con la de aquel país y en los últimos años se ha olvidado de promover la inversión y el ahorro internos para a partir de ahí consolidar una economía menos dependiente.
Ante la dependencia y la inmovilidad de México, más vale que Los Estados Unidos de Norteamérica se curen la gripa.
miércoles, septiembre 07, 2005
lunes, septiembre 05, 2005
50:31
Contra todos los pronósticos, ayer en la XV Carrera de los Viveros de Coyoacan (carrera de 10 Kms) detuve el cronómetro en 50:31, es decir, en promedio corrí cada km en 5 minutos y 3 segundos. Nada mal para para un corredor amateur pues, si bien es cierto que llegué 20 minutos después del ganador, también es cierto que llegué en el lugar 481 de 1,600 corredores (en el primer tercio de corredores que cruzaron la meta).
Así, tras hacer pedazos mi propio record, aquí está el top 5 de mis tiempos en carreras de 10 kms:
1. 50.31 (Viveros de Coyoacan, septiembre de 2005)
2. 52.10 (Carrera de la Constitución, marzo de 2005)
3. 54.09 (Carrera de TV Azteca, noviembre de 2004)
4. 55.05 (Carrera MVS, febrero de 2005)
5. 55.50 (Carrera Televisa, agosto de 2005)
Y como diría Alex Lora: ¡Y las que me faltan!
Así, tras hacer pedazos mi propio record, aquí está el top 5 de mis tiempos en carreras de 10 kms:
1. 50.31 (Viveros de Coyoacan, septiembre de 2005)
2. 52.10 (Carrera de la Constitución, marzo de 2005)
3. 54.09 (Carrera de TV Azteca, noviembre de 2004)
4. 55.05 (Carrera MVS, febrero de 2005)
5. 55.50 (Carrera Televisa, agosto de 2005)
Y como diría Alex Lora: ¡Y las que me faltan!
martes, agosto 30, 2005
México, México, ra ,ra, ra
¿Hasta cuándo entenderémos que México no es un ente aparte, lejano, impersonal? ¿Hasta cuándo se cansarán los medios y las autoridades de inyectarnos una falsa identidad, una mexicaneidad impuesta?
La culpa de la falta de identidad, si es que se vale buscar culpables, la tienen las imposturas de un régimen que a principios del siglo pasado basó la "identidad mexicana" en La Revolución, sea lo que sea que signifique, en odiar a Díaz y en adorar a Juárez; en pensar en verde, blanco y colorado. Lo mexicano no consiste en eso, como tampoco consiste en una campaña de televisión ("Celebrémos México") en la que se exalta a Lucero y a Hugo, al "Potrillo" y a Manzanero. Mucho menos lo es, si la celebración se lleva a cabo en el Palacio de Bellas Artes ante un público selecto: políticos, empresarios, actores de televisión. Una fiesta privada ¡Váya celebración!.
Y es que en mundo globalizado como el que hoy en día tenemos, donde las culturas y las razas y las ideas se mezclan cada vez más, conceptos como patria, nacionalismo e identidad, empiezan a perder sentido. La tecnología, la comunicación instantánea, el internet hacen que el mundo esté en nuestras manos en cuestión de segundos; comenzamos a ser ciudadanos del mundo. ¿Cómo pretender entonces encontrar identidad en iconos y personajes locales? ¿Cómo creer que conocer el traje de china poblana, el mariachi, los voladores de Papántla, nos llenará las venas de mexicaneidad?
La cultura y la historia mexicanas son fabulosas, pero si no se viven no pueden ser llevadas en las venas o en el corazón. Es como el amor, como el dolor, como el placer: hay que vivirlos para entenderlos.
Por eso, parafraseando a Denisse Dresser, no hay que celebrar el México de López Obrador, de Madrazo, de Fox, de Televisa, de los pesimistas, de los diputados, de Martita. Hay que festejar el México que sentimos, el que vivimos; el México de los sábados en Coyoacán, de sus alegrías y sus gorditas; el de las sonrisas de nuestros hijos, el de los tianguis llenos de frutas y flores y colores y vida. Hay que celebrar el México de la literatura de Zaid y de Arreola, de la poesía viva de Sor Juana, de su música y su magia; el de los amigos y los amores, las historias personales y las anécdotas increíbles. El México de playas llenas de sol y mar y arena caliente y empanadas de jaiba. El México del Centro Histórico, sus catedrales, su arquitectura, sus mujeres y sus indígenas. El México que nos arranca sonrisas y nos llena los corazones y nos hace felices, a pesar de los pesares. Ese es el México que yo celebro: el que vivo, el que está vivo, el que me hace reir y llorar. Tú, ¿Qué México celebras?
La culpa de la falta de identidad, si es que se vale buscar culpables, la tienen las imposturas de un régimen que a principios del siglo pasado basó la "identidad mexicana" en La Revolución, sea lo que sea que signifique, en odiar a Díaz y en adorar a Juárez; en pensar en verde, blanco y colorado. Lo mexicano no consiste en eso, como tampoco consiste en una campaña de televisión ("Celebrémos México") en la que se exalta a Lucero y a Hugo, al "Potrillo" y a Manzanero. Mucho menos lo es, si la celebración se lleva a cabo en el Palacio de Bellas Artes ante un público selecto: políticos, empresarios, actores de televisión. Una fiesta privada ¡Váya celebración!.
Y es que en mundo globalizado como el que hoy en día tenemos, donde las culturas y las razas y las ideas se mezclan cada vez más, conceptos como patria, nacionalismo e identidad, empiezan a perder sentido. La tecnología, la comunicación instantánea, el internet hacen que el mundo esté en nuestras manos en cuestión de segundos; comenzamos a ser ciudadanos del mundo. ¿Cómo pretender entonces encontrar identidad en iconos y personajes locales? ¿Cómo creer que conocer el traje de china poblana, el mariachi, los voladores de Papántla, nos llenará las venas de mexicaneidad?
La cultura y la historia mexicanas son fabulosas, pero si no se viven no pueden ser llevadas en las venas o en el corazón. Es como el amor, como el dolor, como el placer: hay que vivirlos para entenderlos.
Por eso, parafraseando a Denisse Dresser, no hay que celebrar el México de López Obrador, de Madrazo, de Fox, de Televisa, de los pesimistas, de los diputados, de Martita. Hay que festejar el México que sentimos, el que vivimos; el México de los sábados en Coyoacán, de sus alegrías y sus gorditas; el de las sonrisas de nuestros hijos, el de los tianguis llenos de frutas y flores y colores y vida. Hay que celebrar el México de la literatura de Zaid y de Arreola, de la poesía viva de Sor Juana, de su música y su magia; el de los amigos y los amores, las historias personales y las anécdotas increíbles. El México de playas llenas de sol y mar y arena caliente y empanadas de jaiba. El México del Centro Histórico, sus catedrales, su arquitectura, sus mujeres y sus indígenas. El México que nos arranca sonrisas y nos llena los corazones y nos hace felices, a pesar de los pesares. Ese es el México que yo celebro: el que vivo, el que está vivo, el que me hace reir y llorar. Tú, ¿Qué México celebras?
jueves, agosto 11, 2005
Estado fundamental
Las teorías cuánticas fueron formuladas en los años 20´s por científicos como Heisenberg, Schrödinger y Dirac. En términos llanos, lo que dicen es que la materia (las partículas) nunca está en reposo. Lo que sucede es que tienen un estado de energía baja, o estado fundamental en el que, aunque mínimas, tienen fluctuaciones (oscilaciones).
De hecho, afirman que las partículas no son unidades puntuales discretas (puntitos, como en los esquemas escolares de los átomos), sino que, en virtud de su constante movimiento a altas velocidades, el ojo humano las vería como cuerdas, como una línea ininterrumpida. Esto lleva a pensar que la materia o, por decirlo así, los objetos, nunca se encuentran estáticos, sino que en fracciones de segundo todas sus partículas cambian de lugar sin que lo notemos.
Este es el razonamiento científico que estaba buscando: Aún cuando parece que no estoy haciendo nada, todo el tiempo estoy en movimiento.
domingo, agosto 07, 2005
R&R (reivindicación y recomendación)
Mi Top 5 de razones para publicar este post:
1. Dejar evidencia de que en el Top 5 de voces femeninas que disfruto no se encuentra Shakira.
2. Reivindicar ante Loola mi "buen gusto musical".
3. Inaugurar el mes de agosto.
4. Dejar de expresar la amargura que me invade en "Devoradores de Noticias"
5. Demostrar que hay vida más allá de Thalía y Paulina Rubio
Top 5 de voces femeninas que disfruto:
1.Aimee Mann: Esta güerita nacida en Richmond, Virginia, es representante del pop fino y bien hecho. Todos sus álbumes son recomendables, en especial "Bachelor no. 2 or the last remains of the dodo".
2.Fiona Apple: Antisocial, de voz inconfundible, de ojos, como diría López Velarde, del color del sulfato de cobre (verdes azulados). Sin duda un placer escucharla. Su mejor trabajo: "Tidal" de 1996.
3.Katharine Whalen: No tiene una gran voz, pero tiene un estilo particularmente atractivo para quienes disfrutan del buen jazz. Desde siempre vocalista de los "Squirrel Nut Zippers", que cantan mucho más que polca. Mi favorito: "Jazz Squad", una joya del jazz a tres instrumentos.
4.Ella Fitzgerald: Ella, "Lady Ella" es simplemente la mejor voz dentro del jazz. Curiosamente también nació en Virginia. Lo que se diga es poco: Sin duda sus grabaciones con los sellos "Deca" y "Verve" son tesoros invaluables. Mis favoritos: "Best of Ella Fitzgerald and Louis Armstrong" y "Speak of love" trabajo donde deja el jazz para deleitar a sus escuchas con una serie de baladas formidables.
5.Alanis Morissette. Si cabe una rockera en la lista es precisamente esta mujer. Con su peinado de aguacero y su postura desgarbada, nos tomó por asalto con su rabia y sensibilidad en 1995 con su "Jagged little pill" (aunque ya tenía dos trabajos anteriores editados sólamente en Canadá).
Su "Unplugged" de 1999 bien merece la pena un lugar en el estante de cualquier melómano.
6.Joss Stone: Lo siento, pero el amor me obliga a alargar la lista: Esta inglesita de 18 años de edad y rostro cautivador está demostrando que no hace falta cantar cancioncitas tontas y pegajosas y quitarse la ropa (cosa que sería un deleite) para triunfar. Y es que Dios o la naturaleza o quien sea que sea el responsable le dió una voz portentosa. Dos trabajos hasta el momento: "The soul sessions" y "Mind, body & soul", ambos garbanzos de a libra en esta cada vez más corrupta y cínica industria musical.
Vale la pena escucharlas, de verdad las recomiendo.
1. Dejar evidencia de que en el Top 5 de voces femeninas que disfruto no se encuentra Shakira.
2. Reivindicar ante Loola mi "buen gusto musical".
3. Inaugurar el mes de agosto.
4. Dejar de expresar la amargura que me invade en "Devoradores de Noticias"
5. Demostrar que hay vida más allá de Thalía y Paulina Rubio
Top 5 de voces femeninas que disfruto:
1.Aimee Mann: Esta güerita nacida en Richmond, Virginia, es representante del pop fino y bien hecho. Todos sus álbumes son recomendables, en especial "Bachelor no. 2 or the last remains of the dodo".
2.Fiona Apple: Antisocial, de voz inconfundible, de ojos, como diría López Velarde, del color del sulfato de cobre (verdes azulados). Sin duda un placer escucharla. Su mejor trabajo: "Tidal" de 1996.
3.Katharine Whalen: No tiene una gran voz, pero tiene un estilo particularmente atractivo para quienes disfrutan del buen jazz. Desde siempre vocalista de los "Squirrel Nut Zippers", que cantan mucho más que polca. Mi favorito: "Jazz Squad", una joya del jazz a tres instrumentos.
4.Ella Fitzgerald: Ella, "Lady Ella" es simplemente la mejor voz dentro del jazz. Curiosamente también nació en Virginia. Lo que se diga es poco: Sin duda sus grabaciones con los sellos "Deca" y "Verve" son tesoros invaluables. Mis favoritos: "Best of Ella Fitzgerald and Louis Armstrong" y "Speak of love" trabajo donde deja el jazz para deleitar a sus escuchas con una serie de baladas formidables.
5.Alanis Morissette. Si cabe una rockera en la lista es precisamente esta mujer. Con su peinado de aguacero y su postura desgarbada, nos tomó por asalto con su rabia y sensibilidad en 1995 con su "Jagged little pill" (aunque ya tenía dos trabajos anteriores editados sólamente en Canadá).
Su "Unplugged" de 1999 bien merece la pena un lugar en el estante de cualquier melómano.
6.Joss Stone: Lo siento, pero el amor me obliga a alargar la lista: Esta inglesita de 18 años de edad y rostro cautivador está demostrando que no hace falta cantar cancioncitas tontas y pegajosas y quitarse la ropa (cosa que sería un deleite) para triunfar. Y es que Dios o la naturaleza o quien sea que sea el responsable le dió una voz portentosa. Dos trabajos hasta el momento: "The soul sessions" y "Mind, body & soul", ambos garbanzos de a libra en esta cada vez más corrupta y cínica industria musical.
Vale la pena escucharlas, de verdad las recomiendo.
sábado, julio 30, 2005
Tops para tí
Cuando Laura dejó a Rob, éste sólo atinó a recitar su Top 5 de rupturas más dolorosas en orden cronológico: Alison Ashmore, Penny Hardwick, Jackie alden, Charlie Nicholson y Sara Kendrow. Así comienza Nick Hornby su novela "High Fidelity".
Y es que, si bien el Top 20 de una tienda de discos o el Top 10 de una estación de radio pueden estar amañados, los tops personales no. Los tops, esos arreglos numéricos de dimensión variable y totalmente discrecional, pueden contener de una manera ordenada y sintetizada los gustos, prioridades, desencantos, ideas, planes, conceptos, recuerdos y un largo etcétera sobre un sinfín de asuntos.
Los tops representan, de alguna manera, un esfuerzo de volver material y medible lo que a nivel del inconsciente son vagas imágenes y a nivel consciente vanos esfuerzos.
Así, con un afán de sintetizar recuerdos que vienen y van, te presento el Top 5 de canciones con las que me acuerdo de tí (o que no me dejan olvidarte):
1. Tú /Shakira
2. Si te vas /Shakira
3. Coffe and T.V. /Blur
4. You could make a killing /Aimee Mann
5. En la ciudad de la furia /Soda Stereo
jueves, julio 21, 2005
Sí, es de cuero
Alguien muy sabio me decía que lo hacen de cuero para que cuando te des cuenta de que no sirve para nada, lo hagas chicharrón. Yo pensaba que era de cartón o de algún papel caro y de nombre pretencioso, pero no. Efectivamente es de cuero.
Hace 10 años, cuando lo recibí, lo puse en un marco dorado con un cristal antireflejante para que de ninguna manera se perdiera de vista mi nombre, mi fotografía ni lo más importante: mi recién adquirido título nobiliario.
Cada año entran a la población económicamente activa de este país alrededor de un millón de personas. Sólo una porción de ésta lo hace con un título universitario: una cuarta parte. Eso nos deja la friolera de 400,000 egresados buscando colocarse en el mercado laboral. El 70% de este grupo, se dedica a actividades que no requieren calificación técnica o universitaria (llámesele oficios, ventas, servicios de poco valor agregado). Nos quedan entonces unos 120,000 sujetos en la competencia por los puestos de trabajo por los que valdría la pena quemarse las pestañas durante 4 años en la universidad.
El mercado laboral está sobreofrecido: hay 135,000 puestos menos que personas dispuestas a trabajar. Es por eso que aproximadamente el 25% de los profesionistas busca insertarse en la cadena productiva mediante el autoempleo. El resto, alrededor de 94,000, logran colocarse en un empleo remunerado estable.
Y las noticias de recortes de personal no cesan. Y la oferta de carreras universitarias no disminuye. Y hoy en día, la educación ya no es sinónimo de movilidad social. Y las cifras oficiales dicen que nada de esto es cierto.
Hace mucho que mi título se convirtió en chicharrón. En el marco que quedó vacante puse un poster que dice: "el trabajo ennoblece al hombre", sólo para que no se me olvide.
Los datos son reales y fueron tomados de "Mercado laboral de profesionistas en México" de la ANUIES
miércoles, julio 13, 2005
¿Quién dice que no?
Muestrame cualquier persona que diga que no quiere ser popular y te demostraré que está mintiendo, que es una persona con miedo. He estudiado toda la historia de la música y la mayoría de las veces lo mejor es lo popular.
Es mucho más seguro decir que la popularidad apesta, porque eso te permite perdonarte a tí mismo si apestas. Y yo no me perdono, ¿Tú sí?
William Miller entrevistando a Stillwater en Almost Famous
Es mucho más seguro decir que la popularidad apesta, porque eso te permite perdonarte a tí mismo si apestas. Y yo no me perdono, ¿Tú sí?
William Miller entrevistando a Stillwater en Almost Famous
martes, julio 05, 2005
Aliviando al inconsciente
Los cinco fantásticos
Hay que aceptarlo: ese año los de primero tenían un gran equipo. Nosotros, con dos años de experiencia en la secundaria y habiendo ganado los torneos internos de basketbol de los dos años anteriores, teníamos la obligación de refrendar nuestro título a costa de lo que fuera. El equipo basaba su éxito en algunas cualidades puntualmente identificables: la fuerza de Charly, la habilidad de Quique, la estatura de Franky, la constancia del Chino y mis buenas rachas.
Persiguiendo sueños
Leía hace poco que un sueño es como un reflejo de la vida real: los hechos que parecen ocurrir en él siguen generalmente, incluso en su incoherencia, ciertas leyes cronológicas coherentes con la secuencia normal de todo hecho verdadero. Si, por ejemplo, sueño que se cierran los postigos de una habitación, me parecerá que se ha interceptado la luz y que alrededor de mí se hace la oscuridad. Por lo tanto, imaginé que, si en sueños hacía el ademán de ponerme la mano sobre los ojos, obtendría, en primer lugar, una ilusión semejante a lo que me ocurriría verdaderamente estándo despierto si hacía el mismo ademán. Luego me pregunté si, después de producir esta interrupción de visión, no podría mi imaginación evocar más fácilmente los nuevos objetos en los que yo tratara de fijar el pensamiento.
La buena racha
Mi racha de la primavera de 1987 fue simplemente arrolladora. Y es que 85 de cada 100 es una proporción de canastas anotadas envidiable. La racha llevó al equipo a una marca de ganados y perdidos de 10-1 y a mí a la selección de la escuela. Las buenas actuaciones nos garantizaban poder jugar en las competencias internas y, por supuesto, en las eliminatorias zonales de escuelas secundarias.
La transición
La colocación, en el sueño, de una mano delante de mis ojos borró en ese momento la visión de un campo que antes había tratado inútilmente de cambiar sólo mediante la fuerza de la imaginación. Estuve sin ver nada durante un instante, exactamente como me habría ocurrido en la vida real. Hice entonces un nuevo llamamiento energético a un recuerdo y, como por arte de magia , este recuerdo, nítidamente colocado ahora en el foco de mi pensamiento, se dibujó de pronto claro, brillante, tumultuoso, sin que, antes de despertarme, tuviera yo percepción de la manera en que se había operado la transición.
La teoría de la evolución
La generación que ese año comenzaba su ciclo tenía grandes jugadores. Grandes en tamaño y en talento. Ese año llegaron a la final del torneo interno con una marca de 8 ganados por 3 perdidos. A lo largo del torneo nos propinaron nuestra única derrota y un partido antes de las finales nos cobramos el agravio. Tal vez porque en el deporte a veces sucede que la teoría de la evolución de Darwin si funciona, los organismos menos desarrollados quedaron eliminados y nos volvimos a enfrentar en la final.
Los sueños lúcidos
Si conseguimos establecer de modo terminante que la voluntad puede conservar, durante el sueño, la fuerza suficiente para dirigir la trayectoria de la mente a través del mundo de las ilusiones y las reminiscencias (como durante el día dirige al cuerpo a través de los acontecimientos del mundo real), habremos logrado un sueño lúcido.
El fin de la racha
Ese día de mayo nos jugabamos todo, el (tri)campeonato, la participación en los zonales, la supremacía sobre los irreverentes novatos, el orgullo, el prestigio. Dos a dos, seis a seis, veintidos a veintidos. En un duelo parejero terminamos la primera mitad. El empate al medio tiempo y, sobre todo, las dificultades que pasamos para ganar rebotes, las imprecisiones y mi pésimo porcentaje de anotación (2 de 5) no estaban en el script.
Terminamos el tercer cuarto ganando por cuarenta y dos a treinta y cuatro. El cuarto cuarto fue el peor de nuestra historia, nos dieron la vuelta y faltando dos minutos nos aventajaban por tres puntos. Entonces, intercepté un servicio, lancé el balón a la banda donde con seguridad encontraría al Chino, quien apretando los dientes entró al área brincando por sobre su marcador para obtener dos puntos más. ¡Escasos segundos en el reloj y a un punto de distancia! El movedor avanzó a media cancha, giró la cabeza hacia el lado derecho pero tuve la fortuna de leer en sus ojos que tiraría el pase al lado izquierdo. Estiré el brazo y ¡sí! ¡el balón estaba en mis manos! En ese momento era cuestión de ver quien corría más rápido, si el reloj para llegar a ceros o yo para correr al aro y anotar. Comencé a correr. Por mi mente pasaba como me convertiría en el héroe del equipo, en como los anales de la historia me recordarían. Me acerco al aro, hago una entrada de rutina por la derecha; primer paso con pierna derecha, con el segundo tomo impulso, estiro el brazo en dirección del aro y...¡adiós campeonato! ¡no puede ser! ¡el balón no entró! se acabaron los sueños.
Reconstruyendo sueños
Al dominar los sueños lúcidos, el temor a las visiones desagradables disminuirá en la medida en que se aprecie su iniquidad, y el deseo de ver aparecer imágenes más gratas será más activo al reconocer la capacidad de evocarlas; el deseo será pronto más fuerte que el temor y, puesto que la idea dominante es la que hace aparecer las imágenes, el sueño agradable será el que prevalezca.
Así es como me aficioné a la teoría de los sueños. Aquel mes de mayo de 1987 mi racha se terminó. Perdímos el campeonato. Pero algo es muy cierto: cada vez que el inconsciente me ataca con ese recuerdo, yo, a cambio, robo el balón en la media cancha y encesto los dos puntos del campeonato.
La teoría de los sueños lúcidos está tomada del texto "Les reves et les moyens de les diriger" de Hervey de Saint Denis. Considerese este post un acto catártico.
Hay que aceptarlo: ese año los de primero tenían un gran equipo. Nosotros, con dos años de experiencia en la secundaria y habiendo ganado los torneos internos de basketbol de los dos años anteriores, teníamos la obligación de refrendar nuestro título a costa de lo que fuera. El equipo basaba su éxito en algunas cualidades puntualmente identificables: la fuerza de Charly, la habilidad de Quique, la estatura de Franky, la constancia del Chino y mis buenas rachas.
Persiguiendo sueños
Leía hace poco que un sueño es como un reflejo de la vida real: los hechos que parecen ocurrir en él siguen generalmente, incluso en su incoherencia, ciertas leyes cronológicas coherentes con la secuencia normal de todo hecho verdadero. Si, por ejemplo, sueño que se cierran los postigos de una habitación, me parecerá que se ha interceptado la luz y que alrededor de mí se hace la oscuridad. Por lo tanto, imaginé que, si en sueños hacía el ademán de ponerme la mano sobre los ojos, obtendría, en primer lugar, una ilusión semejante a lo que me ocurriría verdaderamente estándo despierto si hacía el mismo ademán. Luego me pregunté si, después de producir esta interrupción de visión, no podría mi imaginación evocar más fácilmente los nuevos objetos en los que yo tratara de fijar el pensamiento.
La buena racha
Mi racha de la primavera de 1987 fue simplemente arrolladora. Y es que 85 de cada 100 es una proporción de canastas anotadas envidiable. La racha llevó al equipo a una marca de ganados y perdidos de 10-1 y a mí a la selección de la escuela. Las buenas actuaciones nos garantizaban poder jugar en las competencias internas y, por supuesto, en las eliminatorias zonales de escuelas secundarias.
La transición
La colocación, en el sueño, de una mano delante de mis ojos borró en ese momento la visión de un campo que antes había tratado inútilmente de cambiar sólo mediante la fuerza de la imaginación. Estuve sin ver nada durante un instante, exactamente como me habría ocurrido en la vida real. Hice entonces un nuevo llamamiento energético a un recuerdo y, como por arte de magia , este recuerdo, nítidamente colocado ahora en el foco de mi pensamiento, se dibujó de pronto claro, brillante, tumultuoso, sin que, antes de despertarme, tuviera yo percepción de la manera en que se había operado la transición.
La teoría de la evolución
La generación que ese año comenzaba su ciclo tenía grandes jugadores. Grandes en tamaño y en talento. Ese año llegaron a la final del torneo interno con una marca de 8 ganados por 3 perdidos. A lo largo del torneo nos propinaron nuestra única derrota y un partido antes de las finales nos cobramos el agravio. Tal vez porque en el deporte a veces sucede que la teoría de la evolución de Darwin si funciona, los organismos menos desarrollados quedaron eliminados y nos volvimos a enfrentar en la final.
Los sueños lúcidos
Si conseguimos establecer de modo terminante que la voluntad puede conservar, durante el sueño, la fuerza suficiente para dirigir la trayectoria de la mente a través del mundo de las ilusiones y las reminiscencias (como durante el día dirige al cuerpo a través de los acontecimientos del mundo real), habremos logrado un sueño lúcido.
El fin de la racha
Ese día de mayo nos jugabamos todo, el (tri)campeonato, la participación en los zonales, la supremacía sobre los irreverentes novatos, el orgullo, el prestigio. Dos a dos, seis a seis, veintidos a veintidos. En un duelo parejero terminamos la primera mitad. El empate al medio tiempo y, sobre todo, las dificultades que pasamos para ganar rebotes, las imprecisiones y mi pésimo porcentaje de anotación (2 de 5) no estaban en el script.
Terminamos el tercer cuarto ganando por cuarenta y dos a treinta y cuatro. El cuarto cuarto fue el peor de nuestra historia, nos dieron la vuelta y faltando dos minutos nos aventajaban por tres puntos. Entonces, intercepté un servicio, lancé el balón a la banda donde con seguridad encontraría al Chino, quien apretando los dientes entró al área brincando por sobre su marcador para obtener dos puntos más. ¡Escasos segundos en el reloj y a un punto de distancia! El movedor avanzó a media cancha, giró la cabeza hacia el lado derecho pero tuve la fortuna de leer en sus ojos que tiraría el pase al lado izquierdo. Estiré el brazo y ¡sí! ¡el balón estaba en mis manos! En ese momento era cuestión de ver quien corría más rápido, si el reloj para llegar a ceros o yo para correr al aro y anotar. Comencé a correr. Por mi mente pasaba como me convertiría en el héroe del equipo, en como los anales de la historia me recordarían. Me acerco al aro, hago una entrada de rutina por la derecha; primer paso con pierna derecha, con el segundo tomo impulso, estiro el brazo en dirección del aro y...¡adiós campeonato! ¡no puede ser! ¡el balón no entró! se acabaron los sueños.
Reconstruyendo sueños
Al dominar los sueños lúcidos, el temor a las visiones desagradables disminuirá en la medida en que se aprecie su iniquidad, y el deseo de ver aparecer imágenes más gratas será más activo al reconocer la capacidad de evocarlas; el deseo será pronto más fuerte que el temor y, puesto que la idea dominante es la que hace aparecer las imágenes, el sueño agradable será el que prevalezca.
Así es como me aficioné a la teoría de los sueños. Aquel mes de mayo de 1987 mi racha se terminó. Perdímos el campeonato. Pero algo es muy cierto: cada vez que el inconsciente me ataca con ese recuerdo, yo, a cambio, robo el balón en la media cancha y encesto los dos puntos del campeonato.
La teoría de los sueños lúcidos está tomada del texto "Les reves et les moyens de les diriger" de Hervey de Saint Denis. Considerese este post un acto catártico.
lunes, julio 04, 2005
Esto es poesía
Estoy de acuerdo con Wendy cuando dice que la poesía no es sólo "escupir" sentimientos. La poesía tiene que ver mucho más con la forma, la estructura, la métrica. La poesía barroca es una prueba de ello y, el "Laberinto endecasílabo" de Sor Juana, un gran ejemplo:
Que también se puede leer así:
O así:
Amante, caro, dulce esposo mío,
festivo y pronto, tus felices años,
alegre canta sólo mi cariño,
dichoso, porque puede celebrarlos;
Que también se puede leer así:
Caro, dulce esposo mío,
pronto tus felices años,
canta sólo mi cariño
porque puede celebrarlos;
O así:
Dulce esposo mío
tus felices años,
sólo mi cariño
puede celebrarlos;
Es la forma señores. La estructura, la creatividad, la libertad creadora, las letras vivas. No los versitos babosos que inundan páginas y páginas de mal llamada poesía.
martes, junio 28, 2005
No creas en la verdad
Liam y Noel están de vuelta. Los polémicos hermanos Gallagher han dejado atrás (al menos temporalmente) sus pleitos familiares y han decidido demostrar su amor filial en el estudio de grabación. Oasis, la banda británica surgida a principios de los noventas, le regala a sus pacientes fans su nuevo album: "Don´t believe the truth" y no tienen empacho en mostrar sus orígenes y pasiones: regresan con ese sonido britpop-mersey fino y energético que los caracterizó durante la década pasada y confirman su vena británica y su bien conocida pasión por The Beatles.
Sí, si la década pasada utilizaron "Wonderwall", título del proyecto solista sesentero de George Harrison, como muestra de legítima descendencia del cuarteto, en este nuevo album buscan ese linaje Beatle a través de la adhesión de Zak Starkey, hijo del poco ortodoxo baterista pero enormemente carismático Ringo Star. Y por si eso fuera poco, Liam nos deja ver que su aguda y rasposa voz no es mera casualidad, sino que hace referencia al Lennon de la etapa psicodélica de The Beatles en Love like a bomb o a los inicios de su carrera solista en Guess god thinks I´m Abel.
Mención aparte merece el track no. 9: Keep the dream alive, que constituye, sin duda, la pieza mejor lograda del album: "I´m no stranger in this place/where real life and dreams collide/and even though I fall from grace/I will keep the dream alive"
Y es que los hermanos Gallagher soñaron con ser grandes, con llevar orgullosamente en su música a sus inigualables antepasados, con salir en las portadas de las grandes revistas y tocar en los grandes escenarios. Oasis ya conoce el éxito y la fama, ahí donde el mundo real y la fantasía se confunden. Un lugar que no les es extraño.
"Don´t believe the truth" en verdad mantiene el sueño vivo. Pero como reza la portada de su disco: No creas en la verdad.
Sí, si la década pasada utilizaron "Wonderwall", título del proyecto solista sesentero de George Harrison, como muestra de legítima descendencia del cuarteto, en este nuevo album buscan ese linaje Beatle a través de la adhesión de Zak Starkey, hijo del poco ortodoxo baterista pero enormemente carismático Ringo Star. Y por si eso fuera poco, Liam nos deja ver que su aguda y rasposa voz no es mera casualidad, sino que hace referencia al Lennon de la etapa psicodélica de The Beatles en Love like a bomb o a los inicios de su carrera solista en Guess god thinks I´m Abel.
Mención aparte merece el track no. 9: Keep the dream alive, que constituye, sin duda, la pieza mejor lograda del album: "I´m no stranger in this place/where real life and dreams collide/and even though I fall from grace/I will keep the dream alive"
Y es que los hermanos Gallagher soñaron con ser grandes, con llevar orgullosamente en su música a sus inigualables antepasados, con salir en las portadas de las grandes revistas y tocar en los grandes escenarios. Oasis ya conoce el éxito y la fama, ahí donde el mundo real y la fantasía se confunden. Un lugar que no les es extraño.
"Don´t believe the truth" en verdad mantiene el sueño vivo. Pero como reza la portada de su disco: No creas en la verdad.
viernes, junio 24, 2005
Ideoteca (o del miedo a decir...o a pensar)
1.Me gustan tus ideas, pero, en mi posición, si las publicas, tendré que perseguirte.
2.Es cierto, pero no me cites.
3.Es una buena idea, pero si la publicas vas a impedir que se realice.
4.Estoy de acuerdo contigo, pero no es el momento de decirlo.
5.Estoy de acuerdo contigo, pero no es el lugar para decirlo.
6.Tienes razón, pero no derecho a desanimar.
7.Es verdad, pero ¿cómo se te ocurre decirlo cuándo lo está diciendo el enemigo?
8.No importan las ideas, sino a quien legitiman.
9.No importa la verdad: importa la tribuna.
10.Si dices lo que piensas en la tribuna del demonio, mientes.
11.Si me lo dices en privado, aciertas, ¡oh gran crítico al servicio del pueblo! Si me lo dices en público, te equivocas, perro pagado por el enemigo.
12.Tolero tus ideas, mientras no tengas público.
13.Te perdono que lo pienses, pero no que lo digas en Televisa.
14.No tengo nada contra tus ideas: lo que detesto es que te escuchen.
15.No busques la verdad: busca el micrófono.
16.Me gustan tus ideas, y para difundirlas te voy a arrebatar el micrófono.
17. Ahora que se abren paso tus ideas, dejaré de perseguirlas. No para darte la razón, sino para decir que fueron mías.
18.Tenías razón: por eso tuve que llevarte a la hoguera.
Tomado de "Variantes del progreso" del genio de Gabriel Zaid
2.Es cierto, pero no me cites.
3.Es una buena idea, pero si la publicas vas a impedir que se realice.
4.Estoy de acuerdo contigo, pero no es el momento de decirlo.
5.Estoy de acuerdo contigo, pero no es el lugar para decirlo.
6.Tienes razón, pero no derecho a desanimar.
7.Es verdad, pero ¿cómo se te ocurre decirlo cuándo lo está diciendo el enemigo?
8.No importan las ideas, sino a quien legitiman.
9.No importa la verdad: importa la tribuna.
10.Si dices lo que piensas en la tribuna del demonio, mientes.
11.Si me lo dices en privado, aciertas, ¡oh gran crítico al servicio del pueblo! Si me lo dices en público, te equivocas, perro pagado por el enemigo.
12.Tolero tus ideas, mientras no tengas público.
13.Te perdono que lo pienses, pero no que lo digas en Televisa.
14.No tengo nada contra tus ideas: lo que detesto es que te escuchen.
15.No busques la verdad: busca el micrófono.
16.Me gustan tus ideas, y para difundirlas te voy a arrebatar el micrófono.
17. Ahora que se abren paso tus ideas, dejaré de perseguirlas. No para darte la razón, sino para decir que fueron mías.
18.Tenías razón: por eso tuve que llevarte a la hoguera.
Tomado de "Variantes del progreso" del genio de Gabriel Zaid
jueves, junio 16, 2005
lunes, junio 06, 2005
El Zocalo, sin la chilanga banda
Dilucidando:
1. ¿Como contar chilangos en el zócalo? Con un modelo que permita estimarlo, uno a escala, por ejemplo, lleno de muñequitos.
2. Es difícil captar el esplendor de la plaza mayor de la ciudad de México, aquí se logró.
3. El Palacio Nacional: ¿Próximo objetivo de Andrés López?
4. En la medida en que tenga más imágenes consideraré copiar la idea del photoblog de Loola, o el de Azotador o el de Baulito.
5.¿Ya notaste los gigantes que están al fondo?
6.En la maqueta el artista desapareció la catedral. En la vida real la catedral desaparece entre smog y caca de paloma.
lunes, mayo 30, 2005
Tamara, siempre Tamara III
Tan sólo dos sujetos y una infinidad de adjetivos. A este amor nuestro le caben todos. Cualquier cosa que diga será un cliché. Si tuviera un buen poema te recitaría, si tuviera una buena prosa te escribiría, si tuviera un buen trio te cantaría.
Cuando por primera vez te vi, supe que el cielo era para ti, y para mi. Nunca más podré dormir, nunca más podre soñar con alguien que no seas tú. Gastaré toda mi vida en comprar la tuya. Gastaré toda mi vida y más. El amor tendrá que esperar un buen rato para descansar de tu y de mi. Porque un amor violento nos deslumbró. Porque un amor violento nos fulminó.
Fulminado, agotado, desquiciado y aún así amándote con el sello de la casa: violentamente. Ese es el estado de las cosas, sólo por si la duda te está matando y no te atreves a llamar.
Querida Tamara, ésta te la dedicamos los ocho (que en realidad somos nueve): los Tres de Chile (que en realidad son cuatro), los cuatro del Café Tacuba y yo.
El Homo Ludens
Cuando por primera vez te vi, supe que el cielo era para ti, y para mi. Nunca más podré dormir, nunca más podre soñar con alguien que no seas tú. Gastaré toda mi vida en comprar la tuya. Gastaré toda mi vida y más. El amor tendrá que esperar un buen rato para descansar de tu y de mi. Porque un amor violento nos deslumbró. Porque un amor violento nos fulminó.
Fulminado, agotado, desquiciado y aún así amándote con el sello de la casa: violentamente. Ese es el estado de las cosas, sólo por si la duda te está matando y no te atreves a llamar.
Querida Tamara, ésta te la dedicamos los ocho (que en realidad somos nueve): los Tres de Chile (que en realidad son cuatro), los cuatro del Café Tacuba y yo.
El Homo Ludens
miércoles, mayo 25, 2005
Devoción al miocardio
Siempre he sentido una extraña atracción por aquellas canciones cuyas letras resultan novedosas, extrañas, absurdas o morbosas. Claro que con el tiempo corren el riesgo de convertirse en lugares comunes, pero mientras son el centro de la censura resultan fascinantes. Pero contrario a mi percepción de lo novedoso, son las canciones con letras más melosas y comunes las que dominan las listas de popularidad.
¿Por que grupos como Maroon 5 o Coldplay son tan exitosos? ¿Cómo es que sus pegajosas letras como: "In darkness she is all I see/ come and rest your bones with me/that may be all I need/driving slow on Sunday morning and I never want to leave" dominan la radio?
O ¿Como es que la pegajosísima "Yellow" de Coldplay cambió el escenario de la música pop en Inglaterra y en el mundo en aquel lejano 2000? "Look at the stars, look how they shine for you"
¿En que consiste su éxito? ¿En la simpleza de sus letras? ¿En la necesidad de los seres humanos de recordarse con frecuencia sus sentimientos? ¿En que todos nos sentimos solos?
No. La realidad es que son exitosas porque en este mundo, desde hace miles de años, existen muchas personas que se enamoran como loquitas cuando alguien les habla de estrellas; pero de estrellas, estrellas; de esas que los enamorados prometen a su Dulcinea, a cambio de la devoción exclusiva de su miocardio.
¿Por que grupos como Maroon 5 o Coldplay son tan exitosos? ¿Cómo es que sus pegajosas letras como: "In darkness she is all I see/ come and rest your bones with me/that may be all I need/driving slow on Sunday morning and I never want to leave" dominan la radio?
O ¿Como es que la pegajosísima "Yellow" de Coldplay cambió el escenario de la música pop en Inglaterra y en el mundo en aquel lejano 2000? "Look at the stars, look how they shine for you"
¿En que consiste su éxito? ¿En la simpleza de sus letras? ¿En la necesidad de los seres humanos de recordarse con frecuencia sus sentimientos? ¿En que todos nos sentimos solos?
No. La realidad es que son exitosas porque en este mundo, desde hace miles de años, existen muchas personas que se enamoran como loquitas cuando alguien les habla de estrellas; pero de estrellas, estrellas; de esas que los enamorados prometen a su Dulcinea, a cambio de la devoción exclusiva de su miocardio.
viernes, mayo 20, 2005
Medias lunas
Cada que veo un partido de futbol, regresa el enigma que me persigue desde la infancia. ¿Para que sirven las medias lunas que rematan el rectángulo de las áreas?
Consigo olvidarme de ellas durante algún tiempo, pero tan pronto como presto atención al tapetito verde de la cancha, vuelve la vieja duda. Quizá confío en que en ocasión de una justa mundialista, una final de copa de campeones o una liguilla mexicana el problema se aclare de una vez para bien de todos, pero me equivoco, ya que todos evaden el tema, empezando por los cronistas televisivos, que nunca mencionan esta parte de la cancha. Puesto que ignoran su función se hacen los tontos, lo mismo que los árbitros, los jugadores, los directivos y los aficionados. Es evidente que en su momento, cuando nació el futbol, esos mal llamados semicírculos, que se forman trazando una circunferencia cuyo centro es la mancha de penal y cuyo radio mide lo mismo que la distancia de esa mancha a la portería, es decir, nueve metros con quince centímetros, tuvieron una razón de ser que ya hemos olvidado. Fabio Morábito propone lo siguiente:
En los primeros partidos de futbol no se jugaba con un árbitro, sino con dos, quienes ocupaban esos islotes de los que no podían salir y que nadie podía pisar más que ellos, y desde los cuales, sin moverse, dirigían el partido. Como en esos tiempos el futbol no padecía el tacticismo de ahora, el juego se desarrollaba por completo en las dos áreas y la media cancha era una tierra baldía, un mero trámite para cruzar hacia el área adversaria. Los partidos, mucho más emocionantes que los de hoy en día, en que los arribos a la portería enemiga se pueden contar con los dedos de una mano, terminaban con marcadores abultados, y los dos árbitros, situados en las dos mediaslunas, tenían un control perfecto del juego.
Pero una tarde de lluvia uno de los árbitros no pudo acudir. El otro, para no suspender el juego, se vió obligado a abandonar su islote y hacerse a la mar de la cancha, sudando la gota gorda detrás de los jugadores que corrían de una área a la otra. A un cierto punto, tambaléandose, les dijo: o juegan más en la media cancha o me voy, no puedo más. Por primera vez dos equipos de futbol retrasaron sus líneas y dieron comienzo los tristes duelos tácticos que conocemos tan bien, con los volantes de contención, los pasesitos y esas geometrías aburridas que deleitan a los idiotas. Todo lo cual pudo haberse borrado de raíz si el otro árbitro hubiera regresado en los partidos siguientes, pero el tipo, un ser del que su mujer seguramente hacía lo que quería, no volvió a pararse en una cancha, aunque siempre mandaba decir que la próxima vez sí iba a ir, razón por la cual seguían dibujando las dos mediaslunas antes de cada juego...
Consigo olvidarme de ellas durante algún tiempo, pero tan pronto como presto atención al tapetito verde de la cancha, vuelve la vieja duda. Quizá confío en que en ocasión de una justa mundialista, una final de copa de campeones o una liguilla mexicana el problema se aclare de una vez para bien de todos, pero me equivoco, ya que todos evaden el tema, empezando por los cronistas televisivos, que nunca mencionan esta parte de la cancha. Puesto que ignoran su función se hacen los tontos, lo mismo que los árbitros, los jugadores, los directivos y los aficionados. Es evidente que en su momento, cuando nació el futbol, esos mal llamados semicírculos, que se forman trazando una circunferencia cuyo centro es la mancha de penal y cuyo radio mide lo mismo que la distancia de esa mancha a la portería, es decir, nueve metros con quince centímetros, tuvieron una razón de ser que ya hemos olvidado. Fabio Morábito propone lo siguiente:
En los primeros partidos de futbol no se jugaba con un árbitro, sino con dos, quienes ocupaban esos islotes de los que no podían salir y que nadie podía pisar más que ellos, y desde los cuales, sin moverse, dirigían el partido. Como en esos tiempos el futbol no padecía el tacticismo de ahora, el juego se desarrollaba por completo en las dos áreas y la media cancha era una tierra baldía, un mero trámite para cruzar hacia el área adversaria. Los partidos, mucho más emocionantes que los de hoy en día, en que los arribos a la portería enemiga se pueden contar con los dedos de una mano, terminaban con marcadores abultados, y los dos árbitros, situados en las dos mediaslunas, tenían un control perfecto del juego.
Pero una tarde de lluvia uno de los árbitros no pudo acudir. El otro, para no suspender el juego, se vió obligado a abandonar su islote y hacerse a la mar de la cancha, sudando la gota gorda detrás de los jugadores que corrían de una área a la otra. A un cierto punto, tambaléandose, les dijo: o juegan más en la media cancha o me voy, no puedo más. Por primera vez dos equipos de futbol retrasaron sus líneas y dieron comienzo los tristes duelos tácticos que conocemos tan bien, con los volantes de contención, los pasesitos y esas geometrías aburridas que deleitan a los idiotas. Todo lo cual pudo haberse borrado de raíz si el otro árbitro hubiera regresado en los partidos siguientes, pero el tipo, un ser del que su mujer seguramente hacía lo que quería, no volvió a pararse en una cancha, aunque siempre mandaba decir que la próxima vez sí iba a ir, razón por la cual seguían dibujando las dos mediaslunas antes de cada juego...
domingo, mayo 15, 2005
Dos soles
Es sábado. Seguramente la catedral está repleta: la novia de blanco, él de negro, invitados multicolores, palomas en la entrada y bullicio, mucho bullicio. La última vez que pasé por ahí ibamos al merendero ¿te acuerdas? Yo ya casi no. Trescientos veinticinco pasos del quiosco. Si los caminas hacia el sur llegas a tu casa. Hacia el norte llegarás al mercado de antiguedades. No hay manera de perderse. La disposición del lugar es asombrosa, todo está en su lugar: la librería, los restaurantes, las cantinas. Hasta el afanoso lector de manos sigue en su lugar. La música siempre tiene cabida, así como los algodones de azúcar, los globos y los rehiletes. Los mimos y los yacistas, los libros y las pinturas; los elotes y los esquites; las pelucas de Marley, las playeras del sub, los cueritos y los collares de ámbar. Su aire de intelectualidad, sus comunistas. Todo sigue ahí. Curiosamente sólo le falta una cosa que nadie ha notado: le falta brillo, lustre, vida. Le faltan esos dos grandes soles que adornan tu rostro y que iluminan a su paso todo lo que ven. ¿O será que sólo me faltan a mi?
lunes, abril 18, 2005
Deja Vu
A veces creo que no soy más que vaga memoria, que vivo en mi febril insomnio, en el que nunca estoy del todo dormido pero tampoco estoy del todo despierto.
El presente se consume mientras procuro recordar las pasadas glorias, los pasados amores, las mejores tardes y las mejores canciones. Mejor eso que sufrir los sinsabores del efímero presente o pensar en el incierto y angustioso futuro.
Estoy cansado de vivir en mi pasado. Tengo la sensación de que amo, de que gozo, de que río, de que canto. Pero si por primera vez te veo, siento que ya te conozco; si te toco o si te abrazo, de inmediato te reconozco; y a menudo estoy cierto de nunca antes haberte sentido.
Siento hastío de pensar en el futuro. Pero mañana será otro día. Despertaré con el alba y viviré el presente. Minuto tras minuto mataré el pasado y procuraré no adelantarme. Seguramente te encontraré cambiada, los años no pasan en balde, pero aún así te buscaré y, si quieres, te amaré por vez primera, sin prejuicios, sin pretextos, sin pasado. Esa es la gran decisión que habrá de cambiar mi vida.
Algo así no se puede callar, hay que gritarlo con todas las fuerzas de que se es capaz. Tu más que nadie debe saberlo. Fue en ese momento en que decidí llamarte ¿lo recuerdas?
El presente se consume mientras procuro recordar las pasadas glorias, los pasados amores, las mejores tardes y las mejores canciones. Mejor eso que sufrir los sinsabores del efímero presente o pensar en el incierto y angustioso futuro.
Estoy cansado de vivir en mi pasado. Tengo la sensación de que amo, de que gozo, de que río, de que canto. Pero si por primera vez te veo, siento que ya te conozco; si te toco o si te abrazo, de inmediato te reconozco; y a menudo estoy cierto de nunca antes haberte sentido.
Siento hastío de pensar en el futuro. Pero mañana será otro día. Despertaré con el alba y viviré el presente. Minuto tras minuto mataré el pasado y procuraré no adelantarme. Seguramente te encontraré cambiada, los años no pasan en balde, pero aún así te buscaré y, si quieres, te amaré por vez primera, sin prejuicios, sin pretextos, sin pasado. Esa es la gran decisión que habrá de cambiar mi vida.
Algo así no se puede callar, hay que gritarlo con todas las fuerzas de que se es capaz. Tu más que nadie debe saberlo. Fue en ese momento en que decidí llamarte ¿lo recuerdas?
domingo, abril 10, 2005
Con el sol en aries
No te preocupes, parece que es normal. No estoy ni más ni menos loco, sigo siendo el mismo.
Tampoco es que te quiera menos, eso no pasa de un día a otro, eso lleva tiempo. ¡Si esta bién!, ¡lo acepto!, he estado un poco ausente, pensativo, adusto. Que le vamos a hacer, me conoces bien. Te ha tocado compartir conmigo los días y las noches, las lunas llenas y las menguantes, los equinoccios y los solsticios. Te ha tocado ver conmigo las noches más estrelladas y las menos, que son la mayoría, desde la misma cama.
Ayer mismo, cuando caminabamos por el parque, te contesté que te quería, a pesar de que venía contando mis pasos, con la vista puesta en la nada, moviendo las manos como quien arenga con ansia de ser escuchado. Te dejé bien claro que no me cansa la rutina, que cada día contigo me parece el primero...¿Que no te lo dije? bueno, al menos lo pensé.
No te alarmes, todo está bien, prometo que en unos días se acabarán los soliloquios, las frases inconclusas, las noches insomnes sin siquiera tocarte. No es la rutina, no es que no te quiera. Para ser sincero, conozco la razón: son los astros. Y es que durante todo este mes tengo el sol en aries y contra eso no hay nada que se pueda hacer.
Tampoco es que te quiera menos, eso no pasa de un día a otro, eso lleva tiempo. ¡Si esta bién!, ¡lo acepto!, he estado un poco ausente, pensativo, adusto. Que le vamos a hacer, me conoces bien. Te ha tocado compartir conmigo los días y las noches, las lunas llenas y las menguantes, los equinoccios y los solsticios. Te ha tocado ver conmigo las noches más estrelladas y las menos, que son la mayoría, desde la misma cama.
Ayer mismo, cuando caminabamos por el parque, te contesté que te quería, a pesar de que venía contando mis pasos, con la vista puesta en la nada, moviendo las manos como quien arenga con ansia de ser escuchado. Te dejé bien claro que no me cansa la rutina, que cada día contigo me parece el primero...¿Que no te lo dije? bueno, al menos lo pensé.
No te alarmes, todo está bien, prometo que en unos días se acabarán los soliloquios, las frases inconclusas, las noches insomnes sin siquiera tocarte. No es la rutina, no es que no te quiera. Para ser sincero, conozco la razón: son los astros. Y es que durante todo este mes tengo el sol en aries y contra eso no hay nada que se pueda hacer.
viernes, abril 08, 2005
Tamara, siempre Tamara II
No se porqué, pero desde que te fuiste tengo la extraña sensación de que me miran. Como si me reclamaran por tu ausencia, como si esperaran tu regreso. Estáticas, se encuentran cada una en su lugar, en ese que el cosmos les confirió para que hasta el fin de los tiempos nos vigilaran, para que fueran mudos testigos de nuestra vida juntos, que no de la tuya o de la mía, que no es lo mismo.
Hoy, cuando salga, colgaré tus llaves tras la puerta, correré las cortinas de nuestra habitación y, sólo por precaución dejaré la cama deshecha, tal vez así no se percaten, tal vez así no me reclamen, tal vez así no sabrán nunca que nos hemos ido...
Querida Tamara, ahí encontrarás nuestras cosas, que no las tuyas o las mias, que no es lo mismo. Sólo por si el caprichoso cosmos nos acomoda nuevamente entre nuestros inertes testigos.
Homo Ludens
Hoy, cuando salga, colgaré tus llaves tras la puerta, correré las cortinas de nuestra habitación y, sólo por precaución dejaré la cama deshecha, tal vez así no se percaten, tal vez así no me reclamen, tal vez así no sabrán nunca que nos hemos ido...
El bastón, las monedas, el llavero,
la dócil cerradura, las tardías
notas que no leerán los pocos días
que me quedan, los naipes y el tablero,
un libro y en sus páginas la ajada
violeta, monumento de una tarde
sin duda inolvidable y ya olvidada,
el rojo espejo occidental en que arde
una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas,
limas, umbrales, atlas, copas, clavos,
nos sirven como tácitos esclavos,
ciegas y extrañamente sigilosas!
Durarán más allá de nuestro olvido;
no sabrán nunca que nos hemos ido.
Querida Tamara, ahí encontrarás nuestras cosas, que no las tuyas o las mias, que no es lo mismo. Sólo por si el caprichoso cosmos nos acomoda nuevamente entre nuestros inertes testigos.
Homo Ludens
sábado, marzo 19, 2005
Me topé con su fantasma
Para nadie es un secreto: Me topé con su fantasma. Se me nota al hablar, al discutir, al dialogar. Mis palabras pueden sonar a lo mismo, pero tienen otro sentido, provienen de otro lugar.
Y es que he comprendido que no basta con llevarlo en la playera o en la gorra, donde desgraciadamente hoy descansa su mito. No basta con consumirlo. Por el contrario, hay que llevarlo en la voluntad inquebrantable, en el espiritu indomable, en la indignación por la injusticia. Hay que aprenderle su amor a la lectura, al conocimiento al servicio de todos, a la poesía, a la literatura. Hay que seguir su ejemplo de respeto al género humano y su conciencia clara de igualdad entre los hombres.
En una época carente de valores y de ideas, donde la política se vuelve la práctica de sublimar los intereses propios a costa de los estados y de enriquecer los bolsillos a costa de los pueblos, no está de más recurrir a su carácter sobrio y desinteresado. En una época donde el poder no se ejerce con dignidad e inteligencia, sino con atropellos y abusos, no está de más recurrir a su irreverencia, a su revolución.
Cuando lo que nos falta son ideales y lo que nos sobra son desencantos, hay que recuperarlo en todos los sentidos, con su estilo desenfadado y su carácter romántico, vagabundo, idealista, aventurero e igualitario.
Me topé con su fantasma porque, desde la loca parafernalia de la sociedad industrial, nos vigila. Porque más allá de toda parafernalia retorna y en era de naufragios es nuestro santo laico. Porque casi cuarenta años después de su muerte, su imagen cruza generaciones y su mito pasa correteando en medio de los delirios de grandeza del neoliberalismo. Irreverente, burlón, terco, moralmente terco, inolvidable.
Me topé con su fantasma. Con el fantasma del Che.
Hasta la victoria siempre.
Y es que he comprendido que no basta con llevarlo en la playera o en la gorra, donde desgraciadamente hoy descansa su mito. No basta con consumirlo. Por el contrario, hay que llevarlo en la voluntad inquebrantable, en el espiritu indomable, en la indignación por la injusticia. Hay que aprenderle su amor a la lectura, al conocimiento al servicio de todos, a la poesía, a la literatura. Hay que seguir su ejemplo de respeto al género humano y su conciencia clara de igualdad entre los hombres.
En una época carente de valores y de ideas, donde la política se vuelve la práctica de sublimar los intereses propios a costa de los estados y de enriquecer los bolsillos a costa de los pueblos, no está de más recurrir a su carácter sobrio y desinteresado. En una época donde el poder no se ejerce con dignidad e inteligencia, sino con atropellos y abusos, no está de más recurrir a su irreverencia, a su revolución.
Cuando lo que nos falta son ideales y lo que nos sobra son desencantos, hay que recuperarlo en todos los sentidos, con su estilo desenfadado y su carácter romántico, vagabundo, idealista, aventurero e igualitario.
Me topé con su fantasma porque, desde la loca parafernalia de la sociedad industrial, nos vigila. Porque más allá de toda parafernalia retorna y en era de naufragios es nuestro santo laico. Porque casi cuarenta años después de su muerte, su imagen cruza generaciones y su mito pasa correteando en medio de los delirios de grandeza del neoliberalismo. Irreverente, burlón, terco, moralmente terco, inolvidable.
Me topé con su fantasma. Con el fantasma del Che.
Hasta la victoria siempre.
viernes, marzo 11, 2005
En cambio lloraré
El día se acerca. Como cada año la fecha está por llegar y, como tus ojos a los mios, la ignoro, la evado, me doy la vuelta y pretendo que no existe. Hace tres años que decidiste partir el mundo en dos.
Te levantarás tempranito, sigilosa. Por que el fresco de la mañana te hace bien, por que te hace ver más bella, por que según tu, ese olorcito a mojado bien lo vale. Cocinarás para dos, no conoces otra forma, y te pintarás la cara, poquito, por que la belleza no hay que taparla, solo adornarla.
Saldrás a la calle y saludarás a los vecinos. Comprarás tu tinto, como te gusta llamarle con acento pampero a tu cafecito matutino y tomarás tu auto. Irás de compras, visitarás a tu mejor amiga, hablarás con tu mamá, que siempre escucha, siempre consuela, siempre aconseja.
Hace tres años que decidiste partir el mundo en dos. El tuyo sigue girando, tal vez por que sus reglas son más simples. Porque desterraste de él toda complejidad y decidiste vivir así, suavecito, lentamente, acariciando, a la manera en que solíamos bailar.
Ese día te levantarás tempranito, sigilosa. Abrirás los ojos y amanecerá. Ese día sonreirás como siempre. Yo, en cambio, lloraré.
Te levantarás tempranito, sigilosa. Por que el fresco de la mañana te hace bien, por que te hace ver más bella, por que según tu, ese olorcito a mojado bien lo vale. Cocinarás para dos, no conoces otra forma, y te pintarás la cara, poquito, por que la belleza no hay que taparla, solo adornarla.
Saldrás a la calle y saludarás a los vecinos. Comprarás tu tinto, como te gusta llamarle con acento pampero a tu cafecito matutino y tomarás tu auto. Irás de compras, visitarás a tu mejor amiga, hablarás con tu mamá, que siempre escucha, siempre consuela, siempre aconseja.
Hace tres años que decidiste partir el mundo en dos. El tuyo sigue girando, tal vez por que sus reglas son más simples. Porque desterraste de él toda complejidad y decidiste vivir así, suavecito, lentamente, acariciando, a la manera en que solíamos bailar.
Ese día te levantarás tempranito, sigilosa. Abrirás los ojos y amanecerá. Ese día sonreirás como siempre. Yo, en cambio, lloraré.
jueves, marzo 03, 2005
Encontrar la cifra
Tal vez no tengas tiempo. La vida pasa a todo tren y la cotidianidad te absorbe, te urge, te secuestra.
No hay tiempo para pensar, para crear, para hacer, para deshacer. Estás en medio del caos, indefenso ante la avalancha de información y de sucesos y de carencias. Fuiste arrojado a un mundo que no comprendes, que no dominas, que no logras descifrar. Como el hombre primitivo, te encuentras en un mundo controlado por fuerzas superiores e indiscernibles.
Tu abominable destino no lo marca esa angustia que te lleva a buscar la cifra -a descifrar-, sino tu renuncia a ser autodidacta, tu resignación a lo indescifrable y tu subordinación sin más a la ley de la costumbre, a hacer lo que debe hacerse sin saber siquiera por qué debe hacerse.
Se trata de que descifres, para lo cual, primero tienes que cifrar, dar forma a la experiencia y a los datos desnudos que te arroja el mundo. Tienes que encontrar la cifra para terminar con el amargo malestar de la vida moderna y sus afanes, sus ritos, sus jerarquías, sus prioridades.
La cifra, esa palabra ignota que resumiría y contendría todo el universo. La clave que terminaría con tu malestar cotidiano, con tu condición siempre precaria e inestable de no acabar de ser quien eres, de no saber quien eres y para que haces lo que haces.
La clave. Pero que más da, tal vez no tengas tiempo.
Al maestro Arreola, donde se encuentre.
No hay tiempo para pensar, para crear, para hacer, para deshacer. Estás en medio del caos, indefenso ante la avalancha de información y de sucesos y de carencias. Fuiste arrojado a un mundo que no comprendes, que no dominas, que no logras descifrar. Como el hombre primitivo, te encuentras en un mundo controlado por fuerzas superiores e indiscernibles.
Tu abominable destino no lo marca esa angustia que te lleva a buscar la cifra -a descifrar-, sino tu renuncia a ser autodidacta, tu resignación a lo indescifrable y tu subordinación sin más a la ley de la costumbre, a hacer lo que debe hacerse sin saber siquiera por qué debe hacerse.
Se trata de que descifres, para lo cual, primero tienes que cifrar, dar forma a la experiencia y a los datos desnudos que te arroja el mundo. Tienes que encontrar la cifra para terminar con el amargo malestar de la vida moderna y sus afanes, sus ritos, sus jerarquías, sus prioridades.
La cifra, esa palabra ignota que resumiría y contendría todo el universo. La clave que terminaría con tu malestar cotidiano, con tu condición siempre precaria e inestable de no acabar de ser quien eres, de no saber quien eres y para que haces lo que haces.
La clave. Pero que más da, tal vez no tengas tiempo.
Al maestro Arreola, donde se encuentre.
jueves, febrero 24, 2005
Tamara, siempre Tamara
Dice Jodorowsky que el ser humano es un ser lúdico, que encuentra en el juego su mayor placer. que su propia vida es juego y que juega a vivir . No se a ti, pero a mi me encantó jugarlo.
Los juegos tienen un tiempo finito, el nuestro lo tuvo. Tienen también sus reglas, sus emociones, sus secretos y hasta sus trampas. Al nuestro no le faltaron. Los juegos suelen tener un ganador y por consecuencia, un perdedor. Aún no lo comprendo ¿En que momento ganaste? ¿O es que gané yo? ¿Insinúas que no lo hubo? ¡Que me quieres decir! ¿Que el juego no se ha terminado? ¡Seguimos en el tablero! ¿A quién le toca? ¿Quien mueve ahora?....
Los juegos tienen un tiempo finito, el nuestro lo tuvo. Tienen también sus reglas, sus emociones, sus secretos y hasta sus trampas. Al nuestro no le faltaron. Los juegos suelen tener un ganador y por consecuencia, un perdedor. Aún no lo comprendo ¿En que momento ganaste? ¿O es que gané yo? ¿Insinúas que no lo hubo? ¡Que me quieres decir! ¿Que el juego no se ha terminado? ¡Seguimos en el tablero! ¿A quién le toca? ¿Quien mueve ahora?....
En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores
Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores
Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.
En el oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y lo blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta a su albedrío y su jornada
También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y de blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Que dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?
Querida Tamara, aunque Borges nunca se equivoca, ahora la sentencia es mía: GAME OVER
El Homo Ludens
jueves, enero 20, 2005
Si la vida te da limones...
Dice un buen amigo -de apellido literario y razonamiento lírico- que: "si la vida te da limones...haz pendejadas".
No se si tiene razón, pero de lo que estoy seguro es de que hay todo un ejercito de fieles seguidores de dicha máxima. Es más, me parece que gana adeptos mediante mensajes al inconciente cargados de un simbolismo tal, que es capaz de engañar a la mente más pródiga del planeta.
Aunque tenía alguna leve sospecha, el domingo pasado lo comprobé. Me descubrí infraganti. He aquí la historia.
Diez de la mañana. Suena el teléfono. Mi viejo amigo, el monje: "¿Como estás? oye, te quiero presentar a una amiga ¿vienes? está -junto con otras- en el Six Flags, las voy a alcanzar en un rato".
Aún somnoliento le contesté que si, que cualquier cosa resultaba mejor que permanecer el resto del día consumiendo televisión y comida chatarras en cantidades que el cuerpo no puede sintetizar.
A pesar de que detesto esas citas arregladas en las que no queda otra opción más que interpretar el rol de "Tipo solitario pero sociable, inteligente pero tolerante, open minded pero sin miedo a los compromisos, divertido pero formal" y de que no tenía mayor información de la contraparte femenina del acuerdo, me dispuse a asumir mi mejor cara y mi mejor actitud.
Doce del medio día. Tras un acelerado trayecto en automóvil, llegamos al parque de diversiones. Sin la menor formalidad, fuimos presentados y sin la menor consideración, abandonados. El plan: "nos vemos a las 6:00 en la entrada"
Ahí estaba yo, con mi casi nula capacidad de decir cosas inteligentes, con una treintañera ansiosa de ellas y con toda su atención puesta sobre mi. Y, ¿que hacer? pues nada, si la vida te da limones...haz limonada.
Y la hice. Sin muchos problemas logré hilar algunos temas, platicar algunas anécdotas, arrancarle algunas risas y llenar los silencios incómodos con mi amplio catálogo de insensateces para toda ocasión. Todo esto mientras abordabamos los juegos mecánicos mas sencillos -y no por ello menos demandados- en virtud de que desde un inicio marqué mis límites: "yo no me subo a nada que suba, que baje o que de vueltas". A pesar de ello, lo tomó bien y pasamos un rato agradable.
Tres de la tarde. Hora de comer. Paquete a super precio: "gas y azucares complejas en tamaño grande por dos pesos más, pagas la grasas polisaturadas y te regalan el colesterol". Por supuesto, pagué. ¿Y a que te dedicas? retomé la conversación; estudio la maestría en el Instituto...¡ah! y de ahí conoces al monje ¿no? No. Lo conozco de la iglesia. mmm...y ¿que haces en tus tiempos libres? proseguí con el interrogatorio; canto en el coro de la iglesia, afirmó orgullosa. Comprendí entonces el terreno sobre el que estaba pisando, mismo que pronto sería un campo minado.
Cuatro de la tarde. Caminando bajo el aire helado que comenzaba a cubrir la ciudad. Mi turno de ser interrogado. ¿Y tu, a que iglesia vas? ¿Conoces la Capilla de San...? No, no la conozco, contesté; ojalá un día vayas, el sacerdote es muy bueno. Ojalá, contesté nuevamente.
Pendejada no. 1. La evasión. No vas mucho a misa, ¿verdad? preguntó con mirada inquisidora, ¿No crees en dios? Si creo, contesté, pero no voy a....mira, mejor porque no...¡me muero de ganas de subir a la rueda de la fortuna! ¿vamos? No quería tratar temas tan profundos en una tarde tan superflua.
Pendejada no. 2. Pisando las minas. Con una hermosa vista de la, para ese momento helada ciudad, subidos en un carrito de la rueda, ella contaba anécdotas familiares, mismas me coronó con la siguiente: ¿Sabes como le dieron su anillo de compromiso a mi hermana? No, ¿como?... Pues tras haberse tirado de una avioneta y antes de abrir el paracaídas, entre gritos y gestos, se lo dió...y en ese momento lo dije: !Pues que valiente! yo jamás lo haría...jamás le propondría matrimonio a nadie...Buen sarcasmo en mal momento. Se ofendió, lo tomó personal. Me explotó la mina en la cara.
Pendejada no 3. La falta de información y la mentira piadosa. De vuelta, en el coche. Rumbo a su casa. Bueno, pues fue un placer, te llamo en la semana, le dije. Sin más abrió la puerta y se perdió al traspasar su jardín. No le había pedido su número de teléfono. La mentira piadosa era evidente.
No cabe duda, mis sospechas no lo son más. Soy fiel seguidor de la máxima...si la vida te da limones...haz pendejadas.
martes, enero 11, 2005
Y luego dicen que no es cierto
Resulta ser que la vi después de 10 años. En aquel entonces tenía 18, con la cara llena de inocencia y los dientes de esos que nunca van en proporción, que siempre se ven grandes. No es que me gustara, mucho menos que la quisiera, pues tenía un grandísimo defecto: Mi mejor amigo y una quinceañera la hacían ser la hija sandwich de una linda familia de cinco. Y es que una de las reglas no escritas entre los amigos pudiera adicionarse al gran decálogo: "No desearás a la hermana de tu mejor amigo...", y podría continuar: "...y aunque lo hagas cállate la boca, que vale más un amistad que una vieja".
En resumen, después de 10 años ella cumplió 28 y yo unos tantos más. Y resulta que la vi. Varios centímetros más alta, menos kilos - o tal vez los mismos, pero ahora armoniosamente dispuestos - y dientes cortos y alineados asomándose por una hermosa sonrisa. La ocasión no llevó a más que un gran abrazo -lleno más de nostalgia que de otra cosa- y al riguroso intercambio de números telefónicos y promesas mutuas de marcarlos.
Días después ella llamó. Con sorpresa e incredulidad escuché su voz en la contestadora y pensé que después de tanto tiempo... nadie puede ser considerado tu mejor amigo.
¡Por fin! ¡Seguramente confesará su pueril y platónico amor, prometerá emociones, pasión y caso omiso al "que dirán"! ¡La esperaré en mis brazos y nos fundiremos en un dulce y profundo beso, de esos que inspiran canciones!
Devolví la llamada. El desenlace cambió un poco con respecto al que imaginé. Baste decir que no tenía seguro de gastos médicos. Mañana lo tendré.
Las hermanas de los mejores amigos de la infancia son unas interesadas, por no decir que todas las mujeres lo son.
En resumen, después de 10 años ella cumplió 28 y yo unos tantos más. Y resulta que la vi. Varios centímetros más alta, menos kilos - o tal vez los mismos, pero ahora armoniosamente dispuestos - y dientes cortos y alineados asomándose por una hermosa sonrisa. La ocasión no llevó a más que un gran abrazo -lleno más de nostalgia que de otra cosa- y al riguroso intercambio de números telefónicos y promesas mutuas de marcarlos.
Días después ella llamó. Con sorpresa e incredulidad escuché su voz en la contestadora y pensé que después de tanto tiempo... nadie puede ser considerado tu mejor amigo.
¡Por fin! ¡Seguramente confesará su pueril y platónico amor, prometerá emociones, pasión y caso omiso al "que dirán"! ¡La esperaré en mis brazos y nos fundiremos en un dulce y profundo beso, de esos que inspiran canciones!
Devolví la llamada. El desenlace cambió un poco con respecto al que imaginé. Baste decir que no tenía seguro de gastos médicos. Mañana lo tendré.
Las hermanas de los mejores amigos de la infancia son unas interesadas, por no decir que todas las mujeres lo son.
sábado, enero 01, 2005
Comenzando un año
Hoy no pasa nada. Creo que se debe a que los 364 ayeres inmediatos pasó mucho. O tal vez tampoco pasó nada. Tengo la sensación de pausa, de imagen congelada, de movimiento cuadro por cuadro. La pregunta es ¿Quién presionará "play" en el control remoto del reproductor de mi vida? ¿Seré yo mismo? ¿Será otra persona? ¿Quien? Debo esperar y, entretanto voy a vivir. El secreto es seguir respirando...
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